Cristina Spa, Cléa Lupano, Nuria Moreno, María Fajarnés, Maite Morro y Marta Carretero. | Jaime Verd

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La fiesta post pasarela, en la que se presentaron las últimas creaciones de moda Adlib, que se celebró en el Villa Mercedes, fue un exitazo. El restaurante que pertenece al Grupo Mambo, máximo patrocinador de Futur y Pasarela Adlib, al que acudieron invitados, patronales, diseñadores de Adlib Ibiza y celebridades como Lourdes Montes, Eugenia Osborne, Paloma Lago, Lidia Torrent, Jaime Astrain, Jessica Bueno, Fiona Ferrer, Anna Padilla e Isa Hernáez, además de medios nacionales como Elle, Hola.com, Instyle o Harper's Bazaar, entre otros, demuestra que el esfuerzo que año tras año se hace para mantener vivo el espíritu adlib da sus frutos.

Esa moda, made in Ibiza, fue creada por auténticos dioses en la tierra en un momento en el que la Isla era su cuna y solaz de los más ricos pero también más rebeldes del mundo. La La princesa Smilja Mihailovitch, a la que tuve la suerte de conocer poco antes de su muerte, como todo en su vida, rodeada de misterio, fue la que creó el primer desfile de moda ibicenca Adlib y en mi opinión debería hacérsele un homenaje anual. Fue una visionaria, una diosa que sin ser en absoluto bella cautivaba y tenía lo que en sociedad se llama allure, que es algo que va más allá del glamour bendito.

Smilja Mihailovitch llegó a la pitiusa a finales de los sesenta. Nacida en 1918 como Dory Osjecani en la antigua Yugoslavia, creció en el seno de una familia de clase media, fue periodista y hablaba siete idiomas. Lo de convertirse en princesa es más largo de contar pero igual de interesante. No puedo resistirme, Smilja en Londres conoció al amor de su vida, el rey Pedro II de Yugoslavia, con quien mantuvo un affaire a escondidas de su esposa, la reina Alejandra de Grecia. A modo de agradecimiento por su lealtad y cariño, el monarca le otorgó el título de princesa. En el exilio. Techno pop ultramoderno. Sigo con la moda, que es lo que nos ha traído hasta aquí.