De las 417 antiguas tafones que el Consell tiene catalogadas en Mallorca, sólo dos funcionaban con energía hidráulica: una de Bunyola y la de la possessió de Son Torrella, en Santa Maria. Cerca de veinte personas la visitaron la mañana de ayer con motivo de una excursión organizada por la delegación de la Obra Cultural Balear de Santa Maria.
La almazara de Son Torrella, en desuso desde hace unos ochenta años, se distingue de las demás por su capacidad de hacer aceite y por la fuente de energía. Respecto a la capacidad, hay que señalar que cuenta con cuatro bigues y dos trulls, cuando lo habitual es que dispongan sólo de dos bigues y un único trull. Respeto a la energía, sus mecanismos se sirven de la fuerza que lleva el agua que corre por la vecina acequia de Coanegra.
Hay que señalar también que el Consell de Mallorca protegió la possessió de Son Torrella en 1994 declarándola Bé d'Interès Cultural (BIC) y que, gracias a un convenio entre la propiedad, el Ajuntament de Santa Maria y el mismo Consell, puede visitarse ateniéndose al régimen establecido.
La visita contó con las explicaciones de la historiadora Maria Antònia Ferrer y de Aina Serrano, técnico de patrimonio del Consell que dirigió las obras de restauración de la almazara. También estuvo presente Martí Canyelles, presidente de la Associació d'Amics de la Vall de Coanegra.
Pese a su espectacularidad, la tafona no se usa desde principios del siglo pasado. En los campos anexos a la possessió, donde antes se cultivaban olivos, ahora hay naranjos y otros árboles de secano.
Los asistentes, que también pudieron visitar la clastra, la capilla y otras estancias de Son Torrella, pusieron fin a la excursión con un berenar.