Aquella Holly Golightly que haría inmortal en el cine Audrey Hepburn todavía se llamaba Connie Gustafson en este borrador de ochenta y seis páginas escritas a máquina que, por lo demás, es casi exacto a la versión que se publicó.
La historia de aquella mujer que vive sin complejos su frivolidad y se acuesta con hombres adinerados para acceder a las clases altas hizo a Norman Mailer considerar a Capote «el escritor más perfecto de su generación» y, en el borrador subastado, el propio Capote reconoce: «siento que me convierto en el escritor que quería ser».
La pluma de «Música para camaleones» y «A sangre fría» buscó para el inolvidable personaje (que Capote siempre quiso que interpretara en el cine Marilyn Monroe) inspiración en sus amigas íntimas de la alta sociedad neoyorquina, como Oona O'Neil (hija de Eugene O'Neil y mujer de Charles Chaplin) o la diseñadora Gloria Vanderbilt.
La imagen más cínica, irónica y sórdida de su protagonista, en cambio, fue dulcificada en la película de 1961 dirigida por Blake Edwards que, pese a todo, se convirtió en un clásico popular con imágenes icónicas que marcaron tendencia durante generaciones, especialmente gracias al vestuario diseñado para Hepburn por Givenchy.
En la misma subasta celebrada en New Hampshire, se vendieron al mejor postor el fajín que llevaba Charlton Heston como el Moisés de «Los diez mandamientos», por 33.093 dólares (25.389 euros), o la chaqueta china estilo marinero que llevaba Bruce Lee en «Operación Dragón», por 24.862 dólares (19.074 euros).
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