Su belleza deslumbrante le abrió las puertas del mundo del espectáculo, donde fue una de las «vedettes» más famosas del «music hall» barcelonés, antes de dar el salto al cine.
La propia artista no se reprimía en reconocer que era «muy mona, monísima» y que su hermosura «causó sensación en la época», según recoge el libro de David Barba «100 españoles y el sexo».
Carmen Forns Aznar nació en Zaragoza en 1923, aunque en su carné de identidad ponía que había llegado al mundo en 1927, porque «alguien se equivocó y ella no quiso arreglarlo», según ha explicado a Efe su hija, con la que comparte nombre y apellidos.
Después de ganar un concurso de belleza, debutó en el Paralelo en 1950, cuando los teatros de variedades de la famosa arteria barcelonesa renacían tras la guerra.
Allí tuvo que vérselas con los censores, «unos obsesos» que medían los escotes con una cinta métrica, según narra la artista en su libro de memorias «Carmen Lirio. Memorias de la mítica vedette que burló la censura», que publicó en el año 2009.
«Había un censor que te permitía llevar la falda un poco más larga si le comprabas un libro a su hijo, que era vendedor de enciclopedias», ha recordado hoy su hija.
A pesar de que vivió en la España gris de la posguerra, Carmen de Lirio pasó su juventud entre plumas y lentejuelas y saltó por encima de la represión sexual imperante.
Admirada por su atractivo y su picardía en los escenarios, actuó ante los más conocidos empresarios, actores, futbolistas y toreros de la época, e incluso los artistas de Hollywood se acercaban a presenciar las revistas que protagonizaba.
«Novios, los tuve a pares», recordaba la corista en el libro de David Barba. «Los admiradores me acosaban. Atraía a los hombres como la miel a las abejas y siempre estaba rodeada de hombres muy machos y muy deseados en la época, como Ricardo Calvo o Mario Cabré».
Fue una de las artistas más famosas de la compañía de Joaquín Gasa, en la que estaban otras grandes figuras del espectáculo, como Alady, Mary Santpere y Antonio Amaya, y además de en el Paralelo, actuó en escenarios de toda España y de Sudamérica.
Fue asimismo pareja artística del humorista Miguel Gila, con quien representó con gran éxito un número cómico en el que Gila contaba chistes y Carmen de Lirio cantaba y bailaba.
Del Paralelo saltó al teatro y al cine, donde participó en más de 40 películas, como «La vida alrededor», de Fernando Fernán Gómez, y «Los salvajes en Puente San Gil», de Antonio Ribas.
A partir de los años 60, compaginó su participación en películas convencionales con colaboraciones en otras de mayor prestigio, como «La casa de las palomas» (1971), de Claudio Guerin, y «Clara es el precio» (1974), de Vicente Aranda.
También tuvo papeles en «La trastienda» (1975), de Jorge Grau, protagonizada por Maria José Cantudo, y «Yo, el Vaquilla» (1985), de José Antonio de la Loma.
En los últimos años hizo algunas apariciones esporádicas en series de televisión como «El cor de la ciutat» o «La huella del crimen», y una de sus últimas apariciones en teatro fue en «Cantando y contado», en el Versus Teatre, donde hablaba de sí misma y recordaba alguno de los temas que cantaba en el Paralelo.
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