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«La competencia en este taller es enorme», ha comenzado diciendo Alejandro Palomo al comienzo del cuarto programa del 'talent', en el que el jurado ha puesto el listón muy alto, tanto que ya en la primera prueba fue expulsada Nani y al final de la noche también dijo adiós, inesperadamente, Ancor.

Una noche de sorpresas al abandonar el programa dos de los aprendices favoritos y más alabados por su costura, especialmente, Ancor, que siempre destacó en todas las pruebas.

La prenda de Nani no llegó a la calidad mínima marcada por los jueces, mientras que Ancor resultó «noño» en su intento de confeccionar prendas trap. Deshecho en lágrimas, Ancor no esperaba su expulsión, como tampoco sus compañeros que reflejaban su sorpresa en el rostro y lamentaban su congoja. «El que no sea capaz de hacer una prenda diferente, exportable y que funcione fuera de nuestras fronteras será expulsado en la primera prueba», señaló Lorenzo Caprile, que también pidió a los aprendices que cada diseño estuviera respaldado por una historia.

Una prueba en la que los diseñadores Alejandra Alonso y Arturo Obegero, dos jóvenes que han triunfado con sus marcas en Nueva York y en París, dieron sus mejores consejos a los concursantes.

A pesar de la tensión y gracias a Laura, la risa no ha faltado en la prueba que la que Lluís confesó que era incapaz de llegar a las expectativas que los jueces tienen de él, mientras lanzaba algún dardo envenenado a Ancor. «Tiene el don de ser favorito siempre», ha dicho concierta acidez, sin esperar que más tarde fuera expulsado.

Lluís se ha enfrentado a los jueces en varios momentos del programa. La primera, por lo que consideraba un inmerecido cuarto puesto en la prueba inicial, que ha ganado Javier con un corpiño de inspiración fallera.

Tras la intensidad de esos primeros momentos y la ausencia de Nani, Lagartera (Toledo) ha sido el destino de los concursantes para realizar la prueba de exteriores.

La localidad de Castilla-La Mancha ha dado a conocer su artesanía, un lugar donde desde hace más de 700 años, las mujeres transforman paños en auténticas obras de arte bordadas a mano. Piezas que hablan por sí solas y que en otro tiempo se utilizaban a diario.

«Auténticas piezas de museo, reliquias», ha matizado Caprile, mientras María Escote ha alabado el trabajo artesano de las costureras que «sería una pena que se perdiera», ha dicho.

Lluís volvió a enfrentarse a Caprile, al finalizar la prueba por equipos que, sin embargo, valoró en positivo su trabajo en Lagartera. «No tienes paciencia», le vociferó el modista cuando no le dejaba terminar su discurso. «Mi madre me parió así desde el día que nací», dijo el aprendiz, que finalmente confesó entre risas: «Caprile te idolatro».

En un golpe de timón inesperado, los aprendices destinados a enfrentarse a la prueba de expulsión, se libraron, porque Laura, la ganadora de la prueba anterior, eligió salvarse y eso significaba que el resto equipo ganador en Lagartera, formado por Ancor, Yelimar y Javier, debían luchar por la expulsión.

La prueba consistió en hacer varias piezas inspiradas en la cultura trap, que nació en los años 90 en los suburbios de Atlanta (Estados Unidos).

Una moda que mezcla prendas deportivas con elementos de alta costura que Javier ha definido como «chonismo de luxe», en una prueba en la que han tenido como inspiración a la cantante Bad Gyal y la diseñadora Estel Pérez, fundadora de Astel Batlle que ha colaborado con Rosalía y La Zowi.

«Hay que perder el miedo», les ha advertido a los concursantes Bad Gyal, un miedo que se respiraba en el ambiente para evitar ser expulsados, que finalmente Ancor, no pudo superar.