Y es que Joaquín y su ya exmujer, Yolanda Bravo, decidieron separarse el pasado verano tras doce años juntos y un hijo en común de siete. «Las cosas a veces no funcionan, pero ya me hubiese gustado a mí que no hubiese sido así. Si tomas la decisión es porque crees que es lo mejor para ti y para la gente que te rodea, pero para mí ha sido un proceso muy traumático», explicó visiblemente emocionado. Aunque Yolanda fue su segundo matrimonio, tiene claro que ha sido la mujer de su vida: «Para mí solamente ha habido una mujer en mi vida, esta mujer».
A la ruptura con Yolanda se le ha sumado la separación con los hijos de esta, con los que Joaquín tenía una muy buena relación: «Los quiero como si fuesen mis hijos, ahora ellos tienen que decidir qué papel quieren que juegue yo en sus vidas». A pesar de todo, el comunicador está empezando a adaptarse a su nueva situación: «No es fácil este cambio de vida y muchas veces se me caen las paredes encima. Me asustaba la soledad, pero ahora me está empezando a gustar».
Justo en ese momento Jesús quiso saber si su compañero ahora mismo es feliz: «Soy feliz a ratos. Necesitaba esto y aquí lo estoy siendo mucho porque necesitaba poner un punto y aparte». Durante el recorrido Joaquín también tuvo muy presente a Ana Rosa Quintana, que se encuentra en tratamiento por un cáncer de mama que le detectaron en el mes de noviembre: «Está muy bien. Es una campeona. Yo a Ana la veo como mi hermana mayor. Es la madrina de mi hijo y hemos cultivado una relación muy especial y estrecha».
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