Miquel Reus, payés de Muro, explica la situación actual del campo mallorquín. | Pep Córcoles

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La llegada de febrero con su bajada de temperaturas ha puesto en evidencia la casi nula actividad agraria de Mallorca en invierno por lo que respecta a la producción de hortalizas. Los precios de algunos productos básicos como el pimiento rojo y verde, la berenjena, el calabacín, el tomate, y otros similares han duplicado su precio habitual. «Es normal cada año puesto que en Mallorca no los producimos en invierno y en la Península disminuye mucho debido a las nevadas o bajadas acusadas de temperatura», explica Andreu Pico, que trabaja en es Merca, una de las pocas compañías que cultiva invernaderos en Mallorca. Picó tiene más de 40 años de experiencia en el sector.

El situado de productores del mercado central Mercapalma, además de haber visto muy reducida su representación de payeses los días que se produce el mercado mayorista, pone en evidencia que en estos momentos sólo se producen verduras. «Ahora es tiempo de coles, acelgas, espinacas, rábanos, puerros, cebolletas, perejil, zanahoria morada y poca cosa más», indica Miquel Reus, payés de Muro. Este productor asegura que «intentar hacer hortaliza en este tiempo resulta muy gravoso, con unos costes inasumibles para nosotros. Supondría una inversión muy importante en invernaderos que sería muy difícil de rentabilizar, pues en cuanto mejore el tiempo los agricultores de la península, y de Marruecos, nos inundarán con su género producido de forma más barata y en mayores cantidades».

Reus incide en que «levantar un invernadero de una ‘quarterada’ supone una inversión de unos 100.000 euros, cuesta casi tanto como comprar un piso. Rentabilizar esa inversión es imposible en menos de dos años». Reus dispone de un invernadero en sus terrenos próximos a s’Albufera de Muro.

Andreu Picó. Foto: PEP CÓRCOLES

En estos momentos tiene sembrado el tomate que «comenzará a dar fruto en abril, aproximadamente. Ahora casi todo el tomate que se vende en Mallorca viene de fuera», dice. Una excepción es el cultivo de tomate de ramellet que si se produce ahora en los invernaderos de Agromallorca SAT pero en mucha menor medida que en primavera y verano.

En Mallorca hay cuatro grandes empresas productoras de hortaliza y fruta y menos de una docena de agricultores con una producción relativamente alta de productos de invernadero. Picó explica que «el aumento de precios en febrero es algo normal de cada año. La producción es escasa hasta que el tiempo mejora y hay más horas de luz». El comercial manifiesta que «en estos momentos una gran parte de hortalizas proviene de Almería, situada muy al sur y con más luz solar que Mallorca en este tiempo».

Joan Simonet, gerente de Asaja, ironiza: «Es que nos hemos acostumbrado a consumir fruta fuera de temporada y eso cuesta dinero. Nuestros mayores comían más verdura y legumbre en esta época del año y, haciendo un poco de broma, los ‘botifarrons’ y ‘llangonisses’ del cerdo que habían matado en invierno. No es hora de pimientos y tomates». Simonet tiene claro que «si Mallorca quiere producir hortaliza fuera de temporada para abastecer la demanda que existe sólo se puede hacer con tecnología e inversión. La cuestión es si merece la pena; si el consumidor querrá pagar lo que cuesta».
La realidad es que en estos momentos la hortaliza y el tomate están registrando unos precios elevadísimos, llegando casi a los tres euros por kilo o superándolos algunos días.