Joan ‘Feineta’ (izda) con un amigo tras abatir un buen número de conejos.

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Pareciera que Moisés hubiera levantado su cayado y maldecido los campos de Maria de la Salut y sus municipios vecinos: Llubí, Muro y Santa Margalida, con una de las plagas con las que castigó al faraón de Egipto. Son tantos los conejos (Oryctolagus cuniculus) que saltan al paso de cualquiera que pasee por el campo que resulta casi increíble pretender describirlo. Por doquier se observan campos arrasados, sin vegetación ninguna, ni seca ni verde, devorada hasta la raíz. Los daños son cuantiosos para los agricultores y las soluciones difíciles si no interviene la Administración, opinan cazadores y payeses de la zona.

Joan Roig, Faineta, payés de Son Matet, en Maria de la Salut, ha cosechado este año unas 60 toneladas de cereal (trigo y cebada) cuando el año anterior recogió 150 toneladas. El agricultor explica que «es bien cierto que ha sido un año muy malo por causas meteorológicas; no todo se puede achacar a los conejos. Pero si encima de que tenemos un mal año le añadimos esta plaga, el resultado es nefasto para todos los que trabajamos el campo».

Roig ha mostrado personalmente a Ultima Hora los visibles daños en uno de sus campos de cereal que «no se ha podido cosechar porque los conejos lo han arrasado literalmente». En dicho campo se observa como las plantas han sido devoradas hasta dejar muchos claros de tierra desnuda. Pero además se ven signos visibles de la presencia de conejos como son huellas y madrigueras en prácticamente cualquier zona por la que se camine.

Pedro Vanrell, presidente de la Associació Balear d’Entitats de Caça Social (ABEC), informa que «se han obtenido permisos especiales de caza por daños a la agricultura. Hemos tenido una desde febrero a junio por la que se autorizaba la caza a diario, pero no hemos podido controlar la plaga». En la actualidad la ley de vedas permite la caza del conejo los jueves y domingos con un cupo de seis piezas por cazador y día. Vanrell agrega que «se ha concedido un nuevo permiso especial que entrará en vigor en breve, pero hemos solicitado que se revise y que se elimine el cupo por persona, además de poder usar perros ibicencos. No se trata ya de cazar sino de salir a exterminar; matando sólo seis conejos al día no podemos controlar la plaga de ninguna manera».

Pedro Vanrell muestra un melonar completamente arrasado.

Vanrell muestra personalmente los daños de los conejos en un melonar del paraje de Son Perot (Maria). El cazador dice: «ahora mismo debería haber unas meloneras de varios metros de circunferencia plagadas de melones». En el campo que nos muestra se ven únicamente los plásticos que cubrían los surcos y los huecos donde debían estar los tallos de las meloneras que han sido devoradas.

Joan Roig sostiene que «la proliferación de conejos ha sido propiciada por un invierno muy suave. Debido a esto han criado todo el año y una coneja puede parir cada mes o mes y medio. A esto debemos añadir que, excepto el hombre, en la actualidad apenas tiene enemigos naturales, por lo que su supervivencia es sencilla». Vanrell agrega que «exceptuando algún gato y algún águila, no hay otros depredadores que ataquen a los conejos. No son suficientes ni por asomo»

El conejo es un animal muy adaptable y casi cualquier vegetal es comestible para él. Teniendo lindes con zarzas o matas, o lugares con vegetación tupida tiene refugio suficiente para protegerse, y si cuenta con campos cultivados cerca donde alimentarse la situación es ideal para crecer de forma exponencial.

El presidente de los cazadores afirma que «aunque se autorice a cazar todos los días no creo que sea suficiente, en mi opinión lo que hace falta es personal del Govern con medios efectivos que lleve a cabo capturas masivas, de otra forma, el año próximo será aún peor», sentencia.