Los consumidores pueden comprobar que se ha incrementado el precio de la cesta de la compra. | Pep Córcoles

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Cualquier consumidor ha podido comprobar como desde hace más de una semana el precio de la cesta de la compra se ha incrementado considerablemente en Mallorca por lo que se refiere a las frutas y hortalizas. Varias son las razones pero la más coincidente entre payeses y comercializadores es la fuerte tormenta acaecida el 15 de agosto y que se ha repetido en varias ocasiones a principios de septiembre.

Desde hace semanas se observan precios al alta en la venta de tomate, berenjena, calabacín, pimiento rojo, melón y especialmente en la patata. Fue el popular y consumido tubérculo el primero en desatar una carrera ascendente de precios ya a mediados de agosto.

Antònia Martorell, payesa de Montuïri, afirma: «La lluvia ha influido mucho pero además ha sido un verano raro, Las plantas no han estado rindiendo lo acostumbrado desde antes. Todo lo de verano ha venido mal este año». La payesa reafirma su opinión diciendo que «los precios de la sandía y el melón ya lo han demostrado. Se ha vendido melón a 3 y 4 euros el kilo. Eso no es normal».

Tomeu Dalmau, payés de s’Horta (Felanitx) asegura: «El verano ha sido muy corto para nosotros. Todo ha enfermado a partir de las lluvias de agosto, especialmente el tomate cultivado en el exterior y el pimiento». Este agricultor sostiene que «de todas maneras el precio lo marca la península puesto que una gran mayoría de hortaliza que consumimos proviene de allí».

La aseveración de Dalmau es confirmada por Miquel Bennàssar, responsable comercial de la sección de tomate de la Corporación Agroilla, quien agrega que «cada vez es más difícil producir en Mallorca. En primer lugar no hay relevo generacional. Nuestros payeses se van haciendo viejos; eso es la pura realidad. En segundo lugar, el precio no acompaña; no se marca aquí. Cuando otros países productores tienen excedentes nos hacen ofertas muy atractivas y nos inundan con su tomate. No es tan gustoso, pero satisface la demanda».

Bennàssar puntualiza que «se ha dado la casualidad este año que ha coincidido el descenso de producción de Mallorca con un descenso en la península. Esto ha provocado que en estos momentos estemos importando tomate de Holanda o Polonia porque de la península solo nos llega de Murcia; Granada finalizó su campaña hace poco». El comercializador indica a modo de ejemplo que el jueves pasado se estaba vendiendo un tomate polaco calibre G, un tamaño que significa que en kilo entran de cinco a seis tomates, a 2,10 euros (precio mayorista). «Eso supone que en el mercado o la frutería se encontrará por 3,00 o 3,10 euros el kilo», precisa Bennàssar.

La patata ha sido uno de los productos que este año ha subido de forma espectacular. En estos momentos los comercializadores, y las cooperativas están trayendo patata de la península porque no queda tubérculo mallorquín. Martí Cladera, productor de patata de sa Pobla, incide en que «se han endurecido mucho las condiciones. No nos dejan usar muchos productos en el campo. Tampoco los productos que usábamos para evitar que sacaran ojos en el almacén. Todo eso ha encarecido mucho». Cladera agrega: «Yo soy el primero que este año no he guardado patata para vender en otoño, no me salen las cuentas para poder hacerlo».

El precio de la patata está en un nivel nunca visto, superando los 24 euros por saco de 25 kilos, en el mercado mayorista. El año pasado, por estas fechas, el saco costaba alrededor de 18 euros. En los mercados se vende la patata al por menor entre 1,40 y 2,00 euros el kilo.