Una terraza es suficiente para disfrutar de un pequeño rincón paradisíaco, aislado del resto. | R.D.

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La mayoría miramos de reojo y con cierto pellizco de envidia a aquellos que tienen a su disposición un gran jardín o una casa con acceso a la playa, porque esos espacios proporcionan horas de placer y relax durante la temporada cálida. Para descansar, leer, conversar tranquilamente con algún amigo o familiar, meditar o simplemente disfrutar del dolce far niente tan apetecible.

Está claro que esos privilegiados que cuentan con grandes espacios exteriores lo tienen más fácil a la hora de crear rincones deliciosos con la ambientación que deseen, sea tropical, exótica, asiática, minimalista, contemporánea... todos los estilos son válidos si satisfacen el gusto y las necesidades de quienes los van a utilizar. Pese a ello, con otras dimensiones, casi todas las viviendas pueden llegar a contar con un pequeño rincón relajante donde dedicarse a mimarse a uno mismo aunque sólo sea durante unos minutos.

Un porche, una terraza, la azotea, un balcón o incluso la zona más soleada de una habitación nos pueden servir para montar un espacio de descanso. Bastará una silla, mecedora, tumbona o hamaca cómoda, alguna planta que nos aporte frescor y verdor, unos cojines de colores y algún elemento de mimbre o cualquier fibra natural que nos haga sentir que estamos en contacto con la naturaleza. Puede ser una alfombra, un puf, una mesita auxiliar o una lámpara. Esto y una buena lectura obrarán el milagro.

En climas cálidos una buena idea es recrear el ambiente desértico con cactus y cañizos.

Aquí se ha aprovechado un desnivel del jardín para llenarlo de vegetación y crear un rincón íntimo.

Las zonas del jardín con vegetación y juegos de sol y sombra son perfectos para crear rincones de espíritu asiático.