Esta práctica, además de ser molesta e irrespetuosa, infringe los límites establecidos por la legalidad. | Pilar Pellicer

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La nueva tendencia que se está colando en muchas zonas de Mallorca consiste en pegar pegatinas en muros, mobiliario urbano y señales. Esta práctica está ganando popularidad entre los visitantes llegando hasta las terminales del aeropuerto. Con el fin de dejar su huella en los lugares que visitan, algunos turistas, clubes deportivos y asociaciones deciden pegar un adhesivo identificativo con su logo o escudo. De esta forma, buscan marcar su presencia en la Isla y dar a conocer su paso por los diferentes rincones.

Sin embargo, esta práctica, además de ser molesta e irrespetuosa, infringe los límites establecidos por la legalidad. El respeto por el espacio público es un aspecto fundamental para vivir en una sociedad organizada y mantener la limpieza de las calles. De acuerdo con la Ordenanza Municipal de Limpieza, «queda prohibido la colocación de adhesivos y carteles fuera de los lugares establecidos con carácter general por el Ayuntamiento o en la autorización administrativa correspondiente». Por lo tanto, esta regulación faculta la imposición de sanciones a quienes coloquen pegatinas en espacios públicos no autorizados.

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Además, si esta acción se diera en un monumento, se consideraría un caso de daño al patrimonio, lo que podría acarrear consecuencias legales más graves, ya que se castiga por la vía penal. A pesar de la clara prohibición, la aplicación de estas sanciones es complicada, ya que, según la Policía Local de Palma, solo se puede aplicar una cuando la infracción se detecta de manera flagrante. Por ello, la colaboración ciudadana resulta esencial para identificar y evitar estos actos de vandalismo, ayudando a preservar el orden público y la integridad de los espacios urbanos y culturales.

Las multas por colocar pegatinas en espacios no autorizados suelen ser de carácter económico y, en algunos casos pueden demostrarse en caso de reincidencia. En general, esta acción se considera una infracción leve, por lo que la sanción inicial generalmente consiste en una advertencia o una penalización de menor cuantía, que podría alcanzar los 100 euros. Sin embargo, si la acción se repite o si provoca daños significativo en la propiedad pública o privada, podrían alcanzar una penalización económica más alta.

Caso Salamanca

Un caso reciente en Salamanca ilustra cómo se sancionan las infracciones relacionadas con la colocación de pegatinas en lugares no autorizados. Un joven fue sorprendido infraganti por la Policía Local mientras pegaba adhesivos «en una tapa de registro», lo que resultó en una multa de 150 euros. La sanción fue propuesta por el Ayuntamiento, tras la denuncia de la Policía Local. No obstante, el infractor tiene la posibilidad de beneficiarse de una reducción del 50% en el importe de la multa si decide abonarla antes de la finalización del plazo de alegaciones, como establece la normativa.