El cascanueces no será necesario con estos trucos fáciles y efectivos. | Freepik

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Las nueces son un alimento apreciado por su sabor y beneficios nutricionales. Sin embargo, su dura cáscara puede ser un desafío, especialmente cuando no se dispone de un cascanueces. Afortunadamente, existen métodos caseros que facilitan su apertura sin esfuerzo y sin dañar el fruto.

Uno de los trucos más recomendados por expertos en cocina es el uso de agua tibia para ablandar la cáscara. Este método consiste en sumergir las nueces en un recipiente con agua tibia durante al menos dos horas. La humedad suaviza la cáscara, permitiendo que se rompa con mayor facilidad al aplicar una ligera presión, ya sea con las manos o utilizando utensilios comunes como un cuchillo.

Para quienes buscan una solución más rápida, el microondas puede ser un aliado eficaz. Colocando las nueces en un recipiente apto para microondas y cubriéndolas con agua, se calientan hasta que el agua comienza a hervir. Tras dejarlas enfriar unos minutos, la cáscara se vuelve más manejable y puede abrirse sin dificultad, preservando la integridad del fruto.

Además, existe una técnica que aprovecha las propias nueces para facilitar su apertura. Consiste en tomar dos nueces y colocarlas en la palma de la mano, alineando sus ranuras. Al presionarlas juntas y aplicar un ligero golpe con la otra mano, una de las cáscaras cederá, liberando el fruto sin necesidad de herramientas adicionales.

Una vez abiertas las nueces, es posible que se desee retirar la fina piel marrón que recubre el fruto, ya que puede aportar un sabor ligeramente amargo. Para ello, se recomienda hervir las nueces durante un minuto, escurrirlas y, una vez enfriadas, frotarlas suavemente con los dedos o con un paño limpio para eliminar la piel. Otra opción es tostarlas en el horno a 180 °C durante cinco minutos; al sacarlas y frotarlas, la piel se desprenderá con facilidad, además de intensificar su sabor.

Es importante tener en cuenta algunas precauciones al emplear estos métodos. Al manipular agua caliente o nueces recién calentadas, se debe proceder con cuidado para evitar quemaduras. Asimismo, es fundamental asegurarse de que las nueces estén completamente secas antes de consumirlas o almacenarlas, ya que la humedad residual puede afectar su textura y propiciar la aparición de moho.