Es importante evitar las situaciones que sabemos que le pondrán nervioso. | Freepik

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Los ataques de pánico en perros son episodios de miedo intenso que pueden manifestarse a través de comportamientos como temblores, jadeos, intentos de huida o búsqueda desesperada de consuelo. Estos episodios pueden desencadenarse por diversos factores, como ruidos fuertes, situaciones desconocidas o experiencias traumáticas. Saber cómo actuar en estos momentos es esencial para ayudar a tu mascota a recuperar la calma y fortalecer el vínculo entre ambos.

Mantener la calma es fundamental. Los perros son altamente sensibles a las emociones humanas y pueden intensificar su ansiedad si perciben nerviosismo en su dueño. Adoptar una actitud serena y positiva proporcionará a tu perro una sensación de seguridad y estabilidad.

Ofrecer consuelo físico puede ser reconfortante para tu mascota. Sentarte a su lado, acariciarlo suavemente y permitir que busque refugio en tu cercanía puede ayudar a disminuir su ansiedad. Es importante respetar su espacio y no forzarlo al contacto si no lo desea, permitiendo que sea él quien busque el consuelo que necesita.

Distraer a tu perro con actividades que capten su atención puede ser una estrategia efectiva. Juegos interactivos, sesiones de adiestramiento con recompensas o paseos en entornos tranquilos pueden desviar su mente del estímulo que provoca el pánico. Sin embargo, en casos de miedo extremo, es posible que tu perro no responda a estas distracciones, por lo que es esencial evaluar su disposición en el momento.

La musicoterapia también puede ser beneficiosa. Estudios han demostrado que ciertos géneros musicales, como el reggae y el rock suave, tienen un efecto calmante en los perros. Reproducir este tipo de música en un volumen moderado puede contribuir a crear un ambiente relajante para tu mascota durante un episodio de ansiedad.

En algunos casos, el uso de suplementos calmantes puede ser una opción a considerar. Estos productos, elaborados con ingredientes naturales, están diseñados para promover la relajación en situaciones de estrés. Es fundamental consultar con un veterinario antes de administrar cualquier suplemento para asegurarse de su idoneidad y dosificación adecuada.

Identificar y, en la medida de lo posible, evitar los desencadenantes de los ataques de pánico es crucial. Si conoces las situaciones que provocan ansiedad en tu perro, puedes prepararte con antelación y aplicar las estrategias mencionadas para minimizar su impacto. En casos de fobias graves o ataques de pánico frecuentes, es recomendable buscar la ayuda de un profesional en comportamiento canino que pueda desarrollar un plan de modificación conductual adaptado a las necesidades específicas de tu mascota.