La declaración oficial vino precedida de numerosos esfuerzos por parte de viticultores y bodegueros. En el año 1973 se registró la primera solicitud de protección realizada por Franja Roja y en 1984 un grupo de viticultores y vinicultores solicitó a la Conselleria d'Agricultura la Denominació Específica Binissalem (DE), concedida en 1985, así como el Consell Regulador provisional. A raíz de la normativa europea se decidió no seguir con la DE y solicitar la DO Binissalem.
Pioneros
De esta forma se convirtió en la primera DO de vinos de Baleares. Arrancó con tres bodegas y 80 hectáreas mientras que actualmente son 13 cellers los que usan la marca, 110 viticultores inscritos y 600 hectáreas de viña. En 2011 fue la tercera de España en lograr la prestigiosa acreditación ENAC, según la norma UNE-EN 17065, para certificar producto DO Binissalem.
Como primera DO vínica balear fue abriendo camino para incrementar la presencia de los vinos locales en las cartas de restaurantes y en las mesas de consumidores locales y extranjeros. En la década de los noventa logró un punto de inflexión en la percepción y en la elaboración de los vinos en Mallorca. El crecimiento más pronunciado en bodegas y vinos se produjo en la segunda década de su existencia.
A partir del actual siglo, se iniciaron las ayudas para la reconversión y reestructuración de las viñas y la DO se abrió a nuevas variedades, sin perder el valor de las locales. Se fueron introduciendo variedades foráneas como Cabernet Sauvignon, Moscatell, Chardonnay, Sirà y Merlot, siguiendo las estrictas exigencias con la producción.
La presencia en ferias nacionales e internacionales, además del enoturismo han sido dos aspectos en los que se ha incidido en los últimos veinte años. En 1999, bajo la presidencia de Sebastià Roses, ya se promocionaba el enoturismo y en 2009, siendo Pere Calafat presidente, se dio impulso al turismo vinícola con la publicación «Ruta del Vi». Fue con la presidenta Lourdes Picó cuando en 2014 arrancaron los Wine Days y en 2015 se creó el Reconeixement Manto Negro, con José L. Roses de presidente.
La visión actual del Consell Regulador pasa por la promoción de la imagen y la comunicación, sin olvidar que la identidad, la calidad y la singularidad han sido, son y serán los conceptos claves en la hoja de ruta de la DO Binissalem.