«El cliente puede ver en la página web los platos y los precios que ofrecemos. Los pedidos se pueden realizar hasta el martes a las 10 de la noche y el reparto tiene lugar los viernes entre las 12 y las 18:00 horas. El miércoles por la mañana encargo a nuestros proveedores lo que necesitamos comprar, el jueves cocino los pedidos y el viernes se entregan». Más de un cliente se ha sentido sorprendido de que sea el propio Fosh en persona quien reparte cada menú.
Al momento o para guardar
Una de las ventajas es que el consumidor puede degustar las creaciones de Fosh al momento, pero también las puede congelar para consumirlas en los días siguientes. «Esta iniciativa ha nacido por dos razones: primero, para seguir activo y ocupado porque ya he descansado bastante, y segundo, para seguir en contacto con los clientes». Fosh ofrece una docena de platos, además de dos postres y diversos complementos. Próximamente incorporará también vinos de calidad a unos precios muy ajustados. El pedido mínimo es de 50 euros y las raciones que se sirven son para dos personas. A modo de ejemplo, el estofado de cordero con especias mediterráneas, albaricoque y cilantro o las albóndigas de cerdo ibérico con especias marroquíes, calabaza y garbanzos, dos de los platos más demandados, cuestan 32 y 25 euros, respectivamente (dos raciones). «Cuesta como una pizza a domicilio y esto está mucho más rico», apunta Iris, esposa de Fosh, quien ayuda a su marido en toda la logística necesaria para llevar los encargos puerta a puerta.
Fosh recuerda que esta forma de cocinar se asemeja a cuando empezó en la calle Blanquerna. «Allí cocinaba de cara al público; fui uno de los primeros en hacerlo. Ahora no es exactamente así, pero también hay este contacto muy cercano con el comensal».
El cocinero inglés no descarta que este modelo de negocio siga en un futuro. «Por ahora mi mujer y yo nos arreglamos. Si crece en estas semanas contrataremos a algún ayudante, y cuando volvamos a abrir el restaurante quizás sigamos con este modelo».
Fosh no tiene la sensación de haberse ‘rebajado', ni mucho menos, con esta iniciativa. «Al contrario, me estoy divirtiendo mucho cocinando estos platos y además nos está permitiendo recorrer toda la Isla y ver parajes que no conocíamos, además de ver unas casas impresionantes».
Para Navidad, Fosh tiene previsto preparar una serie de menús especiales.
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¿Porqué la mala gente quiere someter a la inmensísima mayoría mundial de la gente del buen hacer...por envidia?...Esto se llama COMUNISMO.