Esto lo pondré después. | Pixabay

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Uno de los pequeños grandes placeres que nos trae el verano es poder degustar un buen melón. Ni del sabor de un pepino, demasiado maduro, ni tan dulce como un jarabe infantil. Simplemente, en su punto de dulzor. Cabe recalcar que se trata de una fruta baja en calorías y alto en fibra, vitamina C y potasio. También destaca su importante acción diurética, pues el 88 % de su contenido es agua. El melón pertenece a la familia de las curcubitáceas. No son frutas, sino hortalizas. Para disfrutar de esta fruta en todo su esplendor, debes saber elegirla bien. Aquí te explicamos siete consejos que, según la Organización de Consumidores Unidos (OCU), te ayudarán a elegir el mejor ejemplar.

1. De mayo a octubre: la mejor temporada para consumir melones es de mayo a octubre. Además de más deliciosos, te serán más económicos.

2. Arriba del montón: lo mejor es elegir las piezas de encima del montón, ya que «los ejemplares que en la frutería están arriba del todo sufren menos golpes y suelen estar en mejores condiciones».

3. Duro: comprueba que el melón está duro al tacto. De lo contrario, es síntoma de que está acuoso y ya demasiado maduro.

4. Sin grietas: voltea el melón y elige el que menos grietas tenga. Tampoco te obsesiones, algunas pequeñas manchas son normales, mero síntoma de la parte que ha permanecido en el exterior de la tierra durante el cultivo.

5. Un pequeño golpe: la OCU recomienda apretar el melón «por sus extremos: si está en su punto la base cederá ligeramente y el otro extremo (el pedúnculo) se abombará un poco.

6. Fíjate en el color: otro de los rasgos más característicos. El verde intenso indica que el melón aún no ha madurado.

7. Cómpralo partido: si te resulta demasiado difícil elegir una pieza en su punto, puedes decantarte por los melones que venden ya partidos. Así podrás ver con facilidad si está demasiado verde o amarillento. Opta por los que mantengan un color blanquecino.

Si aún así eliges un melón maduro, puedes hacerlo madurar en casa, siempre que no lo abras. Para ello, guárdalo en una bolsa de papel (no de plástico) junto con una manzana o un plátano en un ambiente fresco y seco.