La sangría es más popular que el tinto de verano en el extranjero. | Pixabay

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Pese a que son bebidas parecidas, no debe confundirse la sangría y el tinto de verano. Se trata de dos mezclas diferentes que comparten una base de vino tinto y son tradicionalmente españolas. Asimismo, el único requisito para disfrutarlas es mucho hielo, lo que las convierte en el gran reclamo de la temporada estival. Cada una de ellas cuenta con un método de preparación y un sabor que las hace únicas. Conoce todos sus matices y diferencias, para saber cuál elegir en el chiringuito rodeado de amigos.

Sus ingredientes y composición

El tinto de verano es una mezcla que sólo incluye vino, gaseosa y mucho hielo. Mientras que la sangría se consigue mezclando gaseosa, vino con un toque de licor, fruta natural cortada y azúcar. Sus ingredientes la hacen más dulce y tiene que tener como mínimo un 50% derivado vínico. Para denominarse sangría tiene que tener un mínimo de 13'5 grados de alcohol. Paralelamente, el tinto de verano tiene un toque más ácido y en algunas zonas es común mezclar el tinto con refresco de limón.

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Implicaciones culturales

Aunque ambas son tradición en nuestro país. El tinto de verano se considera la bebida más popular entre los españoles, mientras que la sangría triunfa más entre los extranjeros ya que es más importada. Por otro lado, la sangría es un término que solo puede utilizarse en bebidas de origen español y portugués. Por lo cual, la sangría esta regulada por una norma y el tinto de verano acepta variaciones, como la elaboración con vino blanco.

Orígenes

Por su parte, el tinto de verano tiene una larga trayectoria, nació la Venta de Vargas (Córdoba) se cree que fue inventado por Antonio Vargas del Moral, propietario del local y razón por la que se conocía bajo su apellido. Con el paso del tiempo, se popularizó y otros locales empezaron a servirla pero su nombre varió a tinto de verano. Comparten su raíz como bebidas para paliar el calor. Hay diferentes teorías que explican cómo nació la sangría. Una se remonta al siglo XIX, cuando los trabajadores de la tierra solían mezclar el excedente de vino con las frutas que se iban a tirar. Aunque, los franceses y los británicos se atribuyen su creación en las antiguas colonias de Antillas. No obstante, el Parlamento Europeo declaró que el término 'sangría' exclusivamente se puede usar con bebidas de origen español y portugués.