Cuando no había olla, cosa que no dejaba de ocurrir a menudo, si abundaban las sardinas. Silda consolaba el hambre con un par de ellas, asadas, con un gramo de sal, encima de las brasas; si no había sardinas, o agujas, o panchos, o raya, o cualquier pescado de poca estimación en la plaza (de lo cual le daba la Sargüeta una pizca mal aliñada o un par de pececillos…), una tira de bacalao o un arenque, por todo compaño, para el mendrugo de pan de tres días o el pedazo de borona, según los tiempos y las circunstancias».
José María de Pereda, la ‘Sotileza’ de Silda y una olla podrida
José María de Pereda pasó la mayor parte de su vida en Santander, su lugar de nacimiento
También en Xaloc
- La motorista en estado crítico tras un accidente en la UIB es una doctora residente de Pediatría en Son Espases
- Muere un hombre tras chocar contra un muro y quedar encerrado en su coche ardiendo
- La mujer que denunció a un conductor del TIB: «Me dijo que si quería hablar el catalán fuera a Cataluña»
- Los nuevos y molestos 'vecinos' del Estadio Balear
- Gran operación antidroga de la Policía Nacional y Aduanas en La Soledat
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.