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Este verano no será necesario viajar a la capital para disfrutar de las delicadas delicias de Saddle. Galardonado con una estrella Michelin y dos soles Repsol, este restaurante madrileño de raíces clásicas contemporáneas trasladará su cocina en los meses de julio y agosto al imponente hotel Cap Rocat, con un menú degustación de nueve pasos, de inspiración mediterránea y basado en el producto local y de temporada. El exclusivo pop up Saddle estará disponible los lunes, jueves, viernes, sábados y domingos, desde las 19.30 horas hasta la medianoche, y contará con un aforo máximo de 25 personas por servicio.

Los comensales podrán degustar un menú de nueve pasos diseñado por el chef Pablo Laya, en una oda a la cocina clásica y de cercanía, como la moluscada de percebe, navaja, concha fina y salsa de hierbas del litoral; la anguila ahumada con pencas de acelga y velouté ibérica al palo cortado o el cordero lechal, una paletilla asada a la parrilla con berenjena ahumada y salsa de hierbabuena. También probarán el pâté en croûte de Saddle, la elegante flor de calabacín, el clásico tartar de gamba roja del Mediterráneo con sus corales al ajillo y, como broche dulce, el célebre soufflé Grand Marnier. El menú está abierto a la exploración y la sorpresa, adaptándose a la oferta local durante la estancia de Saddle en Mallorca, en una voluntad de descubrir el verdadero sabor del Mediterráneo.

JOSE SALTO

«Es la primera ocasión en que movemos el restaurante durante dos meses. Todo es nuevo: trabajas fuera de casa y contra las cuerdas. Surgirán mil problemas, y ojalá encontremos mil y una soluciones», dice el chef ejecutivo de Saddle, Pablo Laya, que se pasará el verano entre la Isla y la capital, dado que el restaurante continúa abierto en Madrid. Su equipo, formado por una decena de profesionales, dirigidos por Israel Ramírez, ocupará las instalaciones de La Fortaleza, dirigido el chef gastronómico de Cap Rocat, Víctor García, dado que en la temporada estival el restaurante se muda al pabellón del hotel.

Cena a cuatro manos

Para celebrar esta unión, Pablo Laya y Víctor García diseñaron una trabajada cena a cuatro manos, servida el pasado viernes y sábado, en la que fusionaron la maestría de la cocina mediterránea de La Fortaleza y el recetario clásico de Saddle. Los comensales fueron recibidos en Cap Rocat a las 20 horas, con una copa de champagne Ruinart de bienvenida. Media hora después, accedieron a La Fortaleza. Víctor García trabajó mano a mano con Alberto Barba, primero de cocina de Saddle, para ofrecer una experiencia irrepetible.

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Servidos por los equipos de ambos restaurantes, los presentes tuvieron la oportunidad de degustar sus platos más representativos. Todo ello maridado por vinos de la Isla, europeos y de toda la Península Ibérica, como el Ca’n Xicatla Blanc de Mantonegro 2022; el Emrich-Scönleber Halenberg Riesling; el Pandorga Esencia de Pedro Ximénez 2021 o el Dominio del Águila Albillo Viñas Viejas 2019, entre otras exclusivas referencias.