«Era una decisión que llevaba mucho tiempo pensando y que me costó asumir porque me daba miedo acabar mi carrera profesional. Después de mi enfermedad y el accidente de coche de mi madre ha sido muy complicada mi vuelta a los campos, me di cuenta que tenía que parar cuando en Villarreal me vi sin jugar y sola en casa lejos de mi familia», explicó en una entrevista con la Agencia EFE.
Después de 14 años de carrera en los que ha pasado por el Collerense, Sporting Ciutat de Palma, Barcelona, Montpellier, Atlético de Madrid, Villarreal e internacional con España, Torrecilla (Mallorca, 1994) se encuentra con su primera entrevista una semana después de anunciar que dejaba el fútbol profesional en la que, sin esperarlo, es su nueva casa, el estadio del Balears Fc. «Ha sido de imprevisto. Tenía claro que me retiraba absolutamente, pero me llamaron y dije ¿por qué no? Así me quito el ‘mono' de estos últimos meses. Es muy bonito tener la rutina de jugar a fútbol, desconectar y, lo más importante, saber que mis padres, mi sobrino Leo y toda mi familia pueden venir a verme jugar», explica.
La centrocampista, que cuenta con tres Ligas, tres Copas de la Reina y una Supercopa de España en su palmarés y ha participado en dos Mundiales y dos Eurocopas, apuntó que «la gente debe entender que el fichaje para mí significa estar en casa, disfrutar, tomarme el fútbol de otra manera. Tienen un proyecto muy bonito para subir a Segunda y quiero disfrutar estos cuatro meses y se acabó».
El fichaje de Torrecilla por el equipo femenino del Atlético Baleares se fraguó en la firma de su libro ‘Nadie se arrepiente de ser valiente' en Mallorca. «Vino mucha gente con la que he jugado toda la vida y hablamos, se comentaba que iba a dejar el fútbol y llegó a los oídos de los clubes», señaló.
«Estoy en casa, que es lo más importante para mí, se entrena tres veces a la semana y por la tarde, así que tengo mucho más tiempo para mí, quiero seguir estudiando, acabar el máster en dirección deportiva y reforzándome para poder conseguir cosas para el deporte que tanto me ha dado», avanzó.
Pero no es la primera vez que ‘Vir', así es conocida con cariño en el mundo del fútbol femenino, decide colgar las botas. Con 16 años, comenzó a trabajar en un bar, dejó el Collerense de Primera División porque ya no disfrutaba y decidió no ir Europeo sub17 que terminó ganando la selección española. Después volvió a jugar con el Sporting Ciutat de Palma en Segunda y fue convocada con la sub19.
«Siempre he sido una persona muy echada para delante. Después de ese parón me ha ido muy bien en el deporte y ahora, con 29 años, sé que la salud mental va por encima de cualquier cosa. Jamás hubiese pensado que esa niña que se fue a trabajar al bar Due y luego volvió a jugar iba a triunfar tanto en el fútbol como como lo he hecho», explicó.
«Desgraciadamente me ha entrenado una enfermedad y el accidente de mi madre, eso jamás lo hubiese pensado tampoco, pero la vida es así de caótica con cosas bonitas y malas. Hemos aprendido que tenemos que disfrutar lo bonito que tenemos, que es el presente, que es lo único que podemos vivir», aseguró.
Los inicios de Torrecilla fueron duros porque «antes era imposible que una niña quisiera jugar a fútbol y sobre todo en un pueblo donde solamente había chicos. Fue muy complicado escuchar comentarios de ‘vete a fregar' o ‘la mari macho' incluso de mi propio equipo, pero mi padre me decía ‘Virginia, sigue, que eres muy buena'». «Mis padres casi no llegaban a fin de mes por hacer 70 kilómetros para llevarme a entrenar, comprarme el equipaje y las botas que quería, que costaban un dineral. Todo lo que soy se lo debo a ellos», afirmó.
Los mejores años de la futbolista, contó, fueron en el Barcelona y el Montpellier. «En el Barcelona fue una etapa preciosa, crecí mucho con un equipo de estrellas como Vicky Losada, Sonia Bermúdez, Marta Corredera, Alexia Putellas, Laura Ràfols, Marta Unzué, Ruth García… Ahí el Barça ya iba a por todas y en tres años ganamos cinco títulos», indicó. «Creo que la mejor decisión que tomé fue irme a Francia. El primer año fue duro porque tuve que mejorar mucho físicamente, hasta las porteras me ganaban, pero viví experiencias únicas, logramos jugar la Liga de Campeones, que era el objetivo marcado, y llegamos a cuartos de final. Pero quería volver a España porque la revolución del fútbol femenino había comenzado», contó.
Después del Mundial de Francia en el que España cayó en octavos contra Estados Unidos y el que Torrecilla fue una de las mejores, ficha por el Atlético de Madrid, pero es cuando llega la covid, el tumor cerebral y el accidente que dejó en silla de ruedas a su madre y que le hace caer en depresión por la culpabilidad (les dieron un golpe con el coche por detrás mientras estaban paradas en un atasco).
«Después de casi tres años lo llevo mucho mejor. Pero sin duda alguna fue peor el accidente que mi enfermedad. No quería hacer nada, solo estar con mi madre, que estuvo 12 días en coma, y necesité ayuda psicológica para salir de ese bucle. Siempre me acordaré que mi madre nunca sonreía ni hablaba, ahora ya es la Mari de siempre, menos mal», recordó entre lágrimas.
Ahora que sus padres llevan establecidos en casa ya dos años, acostumbrados a esta nueva vida, Torrecilla vuelve a Palma para estar cerca de ellos y, «por qué no», conseguir el ascenso a la categoría de plata del fútbol femenino español con el Balears mientras tiene en mente «muchos frentes abiertos». «Me gustaría dirigir algún club, establecer un bienestar en los clubes de Mallorca y que puedan competir, porque luego salen jugadoras muy buenas. Me encanta ser comentarista y me gustaría mucho seguir a España ahora que van a ser los Juegos Olímpicos», finalizó
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Que problema existe en esto
Eres una valiente Virginia. Has tomado una decisión honesta y generosa. Te deseo salud y éxito. A por todas!