Imagen del cuerpo técnico del Real Madrid encabezado por Pablo Laso posando con el trofeo de liga conquistado tras superar al Barcelona. | Real Madrid

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La abrupta salida de Pablo Laso como entrenador del Real Madrid después de 11 temporadas de éxitos en un equipo 'reconocido y reconocible', en palabras habituales del propio técnico, provocan la sonrisa de su máximo rival en España y en Europa, el Barça. No hay que buscarle los tres pies al gato en esa sonrisa. No hay maldad alguna. Sólo la certeza de que se acaba una era en un equipo dominador y de que la 'química' madridista no será, al menos de momento, la misma que le hizo, esta temporada sin ir más lejos, resurgir de sus cenizas para apuntarse el título de Liga también de la mano de Chus Mateo, que asume el mando de la nave blanca para la dos próximas campañas.

Lo que parece claro es que después de 11 temporadas y 22 títulos en 33 finales alcanzadas, Pablo Laso debería haber tenido una salida muy distinta. El club se aferra a la salud de su técnico como axioma, mientras que el protagonista quiere seguir con su vida con la mayor normalidad posible. El ya exentrenador del Real Madrid, ha anunciado en sus redes sociales que tiene "la confirmación plena y expresa de los médicos" de que puede "entrenar profesionalmente a cualquier club de baloncesto".

El Madrid esgrime opiniones médicas de cardiólogos que no han tenido contactos directos con el caso, mientras que el entrenador recibe el alta de los profesionales que le trataron el pasado 5 de junio cuando sufrió un infarto en su domicilio, tras un partido de semifinales del playoff de la Liga ante el Baskonia. La salida de Laso estuvo precedida por la del médico de la sección, Miguel Ángel López, que se negó a firmar la baja del entrenador, a instancias del club, y que permitió que el técnico dirigiera los últimos entrenamientos del equipo en el transcurso de la final. Eso le costó el puesto y que fuera despedido la semana pasada.

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Chus Mateo será el encargado de dirigir al equipo con Paco Redondo y Lolo Calín que seguirán como ayudantes. Todo un seguro de continuidad, aunque habrá que reconstruir una química que ha saltado por los aires.

Laso se hizo cargo del equipo de rebote en 2011, porque no era la primera ni la segunda opción de la secretaría técnica. En 2014 tuvo pie y medio fuera y Fotsis Katsikaris sonó como su sustituto. Y en abril de este mismo año también estuvo más fuera que dentro, con el italiano Andrea Trinchieri, técnico del Bayern, en la recámara.

Ahora un infarto y las posiciones médicas de unos y otros han desencadenado una situación que no se entiende más que desde el enfrentamiento de la secretaría técnica con el propio entrenador. El Madrid mantuvo a Jaycee Carroll en la plantilla del equipo durante casi toda la temporada. Incluso Thomas Heurtel permaneció en el 'roster' tres días después del comunicado de su no continuidad. Laso desapareció de inmediato.