Un momento del funeral en memoria de Andreu Trobat.

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El ciclismo mallorquín y español despide a uno de sus más grandes exponentes en el siglo XX. La vida de Andreu Trobat Garcías se apagó a los 85 años, dejando como legado un historial de antología y un nombre imprescindible para la historia del deporte del pedal, que fue su vida. Nacido en Algaida en 1925, la década de los 50 fue el escenario en el que dejó su huella. Integrante de una generación irrepetible, doce participaciones en las grandes rondas de tres semanas -seis Vueltas a España: 1950, 55, 56, 57, 58 y 59; cuatro Tours de Francia: 1952, 53, 54 y 57; y dos Giros de Italia (1952 y 53), junto a una victoria de etapa en la prueba española (20ª, Cádiz-Jerez, 1950)-, tres participaciones mundialistas en ruta (53 a 55), campeón de Balears y más tarde de España (1952), y nacional por Regiones, junto con el recientemente desaparecido Miguel Gual y Gabriel Company (1955), son algunos de los numerosos méritos de un Andreu Trobat que da nombre al pabellón municipal de su localidad natal, Algaida, que ha perdido con él a uno de sus hijos más ilustres.

Gregario de lujo, un 'doméstico' de excepción, Trobat destacaba por su fortaleza física y una voz que le hizo ganarse el cariño de todo el pelotón, ejerciendo a alto nivel durante más de una década (tuvo licencia profesional de 1954 a 1960), para colgar la bicicleta con 37 años y una larga ristra de éxitos en sus piernas.

Logros

Además de los hitos antes mencionados, Trobat ha escrito otras páginas de gloria que pasan por triunfos como el Tour de los Pirineos (1955), el Gran Premio Bodas de Oro del Real Madrid (1956) o los subcampeonatos de España de ruta de 1951 y 1953, sin dejar de lado que formó parte de un grupo de ciclistas que marcó el regreso de los españoles al Giro de Italia tras la Guerra Civil, compartiendo protagonismo con sus inseparables Gual, Company, Mas, Karmany y compañía, con los que ha compartido homenajes y reconocimientos públicos a lo largo de los últimos años de una vida apasionante, volcada en su familia y el deporte que fue su pasión: el ciclismo.

Integrante de escuadras míticas como Minaco, Fiorelli, Faema-Guerra, Splendid d'Alessandro, Anisazul, Torpado, Mobylette Coabaina, Licor 43 o Ferrys, Andreu Trobat ha hecho llegar su nombre a todos los rincones del país, trasladando su pasión a sus hijos, uno de los cuales -Jorge- llegó también a ser campeón de España de persecución por equipos con Balears.

Con Andreu Trobat se marcha una porción importante de la historia del ciclismo y de los recuerdos de una era dorada. Pero el corredor de Algaida deja la huella de los campeones, de aquellos cuya imagen reside en la retina de las personas para siempre.