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Carlos Queiroz, técnico del Real Madrid, no admitió el favoritismo para el clásico que disputará su equipo en el Camp Nou, en el que espera que sus jugadores «quiten de su mente los datos negativos», que señalan que no vencen en Liga desde hace 20 años y jueguen «al mil por ciento» de sus posibilidades. Queiroz mandó un mensaje antes del clásico. Acepta las críticas que en más de una ocasión ha calificado «necesarias en un equipo grande», pero desea que su nombre deje de sonar. Ni para lo bueno. Ni para lo malo. «Para mí no quiero nada. Acepto críticas pero lo que quiero es no ser protagonista de nada porque será que las cosas están marchando muy bien».

El técnico ratificó que el equipo «tiene que estar concentrado al 1.000 por cien en el partido. Es necesaria concentración y competición. Sabemos que lo que nos puede causar daño es la calidad de los jugadores del Barcelona, lo que existe fuera de las cuatro líneas del campo no puede ganar el partido», afirmó restando importancia al ambiente hostil que siempre recibe al Real Madrid. Queiroz no admitió el papel de favorito para el Real Madrid pese a los diez puntos que separan en la clasificación a los dos equipos y destacó que van a Barcelona «con ganas y motivación, con el único deseo de los jugadores de jugar bien y ganar. Mi impresión es que el partido está al 50 por ciento, porque los derbis son siempre así, especiales. Con la calidad de los jugadores del Barcelona y del Real Madrid, vamos a mostrar un gran espectáculo del fútbol», dijo.

«Cuando empieza el partido ante el Barcelona no hay puntos de diferencia ni en la clasificación. La historia de los derbis siempre crea cosas nuevas que se quedan en la memoria de todos los aficionados al fútbol», añadió.

Sobre el estado de David Beckham, que se retiró de la última sesión de trabajo con una sobrecarga en el sóleo de la pierna derecha, Queiroz restó importancia y confirmó que cuenta con él para el once titular. «No tomaremos riesgos que no son necesarios. David ha sentido unas molestias y salió por precaución, pero está bien para jugar», confirmó un Carlos Queiroz quien todo apunta que mantendrá el mismo once que venció (2-0) al Atlético de Madrid, lo que supone encontrar el equilibrio después de varios cambios y rotaciones que le costaron al conjunto madridista resultados negativos y sonrojantes para su trayectoria.

El entrenador del Fútbol Club Barcelona, Frank Rijkaard, dejó entrever que en el partido contra el Madrid se verá la versión más física del conjunto catalán, pues apostará mucho más por la contención que por la creación.

En el entrenamiento realizado, el Barça en la localidad barcelonesa de Tona, Rijkaard ha parado en diversas ocasiones el partidillo para corregir insistentemente la posición de sus jugadores, especialmente cuando el equipo titular atacaba.

Para Rijkaard, la razón de sus quejas iba más dirigida a reclamar a sus futbolistas para que no perdiesen su posición, especialmente en la zona defensiva, cuando atacaban. Los contragolpes letales del Málaga el miércoles pasado han hecho mella en Rijkaard, quien no desea más desbarajustes defensivos. Rijkaard reconoció que sus jugadores han trabajado con mayor relajación en los dos últimos entrenamientos, a pesar del 5-1 de Málaga, y por ello se ha congratulado. «Hay muchas ganas de trabajar y esto es buena señal», precisó. El entrenador barcelonista no ha desvelado ninguno de los cambios que se intuyen y sólo ha deseado hacer «un buen resultado». La pareja Reiziger-Puyol en el eje defensivo se presenta como una opción clara, tras las pruebas de ayer, pero el técnico barcelonista se ha mostrado inexpresivo: «He hecho pruebas», se limitó a decir. Acerca del portero que será titular, dijo: «Tenemos dos porteros y siempre hay dos opciones», mientras que cuando se le preguntó por la posibilidad de que juegue Luis Enrique, respondió: «No puedo sacar a todos».

En donde hizo más énfasis el entrenador barcelonista fue en la advertencia a sus jugadores, para que eviten irse alegremente al ataque y descuiden la retaguardia: «Esto puede ser peligro», subrayó. El técnico holandés se sintió convencido de que sus jugadores están completamente «motivados» para el partido contra el Real Madrid, pero no se sintió favorito para el choque.