Los espectadores fueron evacuados por el terreno de juego para que el estadio quedase vacío en el menor tiempo posible.
Incluso se permitió que los aficionados abandonasen el recinto a través del césped para que su salida del estadio fuera más rápida. Una supuesta llamada al diario «Gara» anunciaba que a las 21.00 horas iba a estallar un artefacto en el estadio Santiago Bernabéu, poco después de la hora prevista para el final del partido entre el Madrid y la Real. Desde el momento en que comenzó el desalojo, que tardó alrededor de diez minutos, los artificieros de la Policía Nacional inspeccionaron las instalaciones del estadio en busca de la posible bomba. Aunque el desalojo fue muy rápido, el miedo hizo presa en bastantes espectadores, que trataban de abandonar el estadio a la carrera.
Asimismo, el estadio madridista figuraba como uno de los objetivos que aparecían en la documentación intervenida a los detenidos en noviembre pasado en la segunda fase de la «Operación Nova», que formaban una célula islamista dispuesta a tomar el relevo de la que pretendía atentar contra la Audiencia Nacional española. Los jugadores tuvieron que abandonar rápidamente el césped sin darles tiempo ni siquiera a cambiarse en los vestuarios, y salieron protegidos por miembros de la policía a la calle Padre Damián, en una imagen inédita en un campo de fútbol. A los futbolistas de ambos equipos se les comunicó lo que sucedía en el mismo césped del estadio y salieron corriendo hacia la calle. Con chubasqueros abrigándose del frío de la capital de España, con medias, botas y pantalones cortos y la mirada perdida, dirigían sus ojos al estadio.
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