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Mallorca contra Madrid, ilusión ante liderazgo y Güiza frente a Raúl. La alfombra del ONO Estadi juntará a los pistoleros con más tino de todo el fútbol español. El jerezano (17 goles a sus espaldas) y el madrileño (16) escenificarán uno de los combates con más morbo y picante del campeonato, sobre todo, porque la próxima Eurocopa intervendrá como telón de fondo. Uno, el bermellón, necesita el reconocimiento del pichichi nacional para blindar la confianza de Luis Aragonés y asegurarse una plaza en la cita continental. El otro, el merengue, se aferra al honor que le hace falta para concretar su particular lavado de imagen y de paso, alimentar ese agrio y denso debate que mantiene desde hace tiempo con el seleccionador. El sábado (22:00 horas), los dos tendrán un atril desde el que reforzar su candidatura. El gol tiene la última palabra.

El pulso Güiza-Raúl es de los que generan movimiento hacia las dos direcciones. Aunque en ambos bandos se han apresurado a globalizar la batalla por encima de guerras individuales, el careo entre los artilleros resulta especialmente llamativo. En otras palabras, el encuentro llega en el mejor momento posible y sus equipos, que ya se frotan las manos, intentarán rentabilizarlo.

Ligera ventaja
El arquero del Mallorca parte con una ligera ventaja. Gobierna el pulso con cierta autoridad tras treinta capítulos de rodaje y llega a las últimas curvas de la temporada con la cabeza metida en el top ten de los atacantes europeos. Y el encuentro del sábado le sorprende en las horas más intensas de su carrera. Ya ha superado el bajón que hasta hace un mes recortaba su rendimiento y su punto de mira cuenta con una precisión milimétrica, un hecho que se acredita con los cinco flechazos que ha estampado en los cinco últimos encuentros. Además, se ha tomado como una cuestión personal lo de ser el máximo goleador español a final de curso y es consciente de que en un enfrentamiento ante el Madrid todo se magnifica. Su pólvora parece fundamental para enlazar de una vez por todas tres victorias consecutivas y este fin de semana tiene previsto volcarla toda sobre la arena de Son Moix. De momento, ya se ha enfrentado cuatro veces al Madrid en la Liga (tres con el Getafe y una con el Mallorca) y le ha endosado dos tantos. Buen promedio.

Raúl, en cambio, vuelve a ser Raúl después de mucho tiempo. Sus estadísticas personales recogen los números más elevados de los últimos siete años y vuelve a tirar de su equipo como lo hacía antaño. Las críticas que encajó mientras su depresión se extendía han transformado su juego y está ansioso por demostrarle a Luis que anda equivocado. La mejor manera de hacerlo es cerrar el ejercicio como el punta español con más dianas en sus alforjas y ponerle en un aprieto de grandes dimensiones.

Las referencias no son demasiado buenas para el Mallorca, porque a Raúl no se le da nada mal el conjunto rojillo. En las diecinueve ocasiones que ha desfilado ante los isleños a lo largo de la última década, ha conseguido agujerear la portería de los baleares en siete de ellas. La última, el pasado 11 de noviembre, en aquel memorable partido de la primera vuelta que se resolvió a los puntos (4-3) y que abrió una serie de heridas que después se hicieron más grandes en la Copa.

En este caso, el desafío más próximo de Raúl es batir a Moyà (nunca lo ha hecho) y dar caza a Dani Güiza antes de que sea demasiado tarde. El tren de la Eurocopa está a punto de cerrar las puertas y aunque su acceso parece poco probable, invertirá toda su munición en conseguirlo. Próxima estación: Palma.