Los jugadores de la selección española de fútbol felicitan al delantero Fernando Torres (9) por su gol contra Liechtenstein durante su partido clasificatorio para la Eurocopa 2012. | ARNO BALZARINI

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El campeón del mundo inició con paso firme, con la autoridad que le otorga la estrella conquistada en Sudáfrica 2010 que brilla ahora sobre su escudo, la defensa de la corona adquirida en Austria y Suiza 2008, con una goleada ante Liechtenstein en Vaduz (0-4), que alienta su recorrido en la clasificación para la Eurocopa 2012.

Fue el día de la puesta en escena oficial de La Roja desde su triunfo en pasado Mundial. Y una jornada en la que David Villa cercó aún más el cerco sobre el récord de Raúl como máximo anotador de la selección española. No le alcanzó, en una ocasión propicia. Marcó y se situó en la orilla, con 43 tantos. A uno menos que el ex capitán del Real Madrid.

España se ha ganado por derecho propio el respeto en el fútbol mundial. Liechtenstein, cargado de carencias pero entusiasta en la búsqueda de su propio crecimiento, reflejó el impacto que genera la Roja. A la inferioridad que asume, es la 141 en la clasificación FIFA, añadió precauciones mayores ante el campeón.

Sin embargo, Vicente del Bosque, respetuoso siempre con el rival, dejó de lado los números y la euforia que suele desprenderse de los éxitos. Tiró de lógica y de once de gala. Situó a Carlos Marchena, la solución natural, en el centro de la defensa que dejó huérfano Carles Puyol con su lesión en el sóleo. Incluyó a Fernando Torres en el once a pesar del trabajo específico que pretende apuntillar su puesta a punto.

Sin concesiones para la galería, con Víctor Valdés, Santi Cazorla y Nacho Monreal como jugadores descartados, en la grada, España inició la defensa de su corona con autoridad. Con una riada de ocasiones desde los primeros minutos. Con el juego volcado siempre hacia un lado, el de la portería defendida por Peter Jehle, el mejor de su equipo.

Andrés Iniesta ya avisó a los tres minutos. Paró bien Peter Jehle. Villa tuvo en el córner posterior el gol en su cabeza. En un remate a un metro de portería. Pero a las manos del meta. Ahí estuvo su gol 43 con la selección.

La primera aproximación visitante, leve, no llegó hasta los diez minutos de partido. Sandro Wieser lo intentó a balón parado, desde lejos. Por encima del larguero.

Liechtenstein se animó. España no cerraba sus acciones. En otro atrevimiento volvió a mirar hacia Iker Casillas pero en el camino perdió el balón, que llegó a los pies de Andrés Iniesta. En pleno desorden local, el autor del gol que proclamó a España campeona del mundo centró a Torres, que batió a Jehle.

El equipo de Vicente del Bosque abrió la lata pasado el cuarto de hora. Pudo firmar el segundo el atacante madrileño, del Liverpool, de nuevo habilitado por Iniesta. Pero el portero se le echó encima.

Y es que fue Torres, que reapareció hace menos de un mes tras la lesión que padeció en la final del Mundial 2010, el que mejor entendió la situación en ataque. El que ofreció más alternativas a Xavi Hernández e Iniesta. El más listo.

De hecho rompió la sequía. No marcaba un gol oficial desde hace más de un año, en la pasada Copa de las Confederaciones. Después anotó en Murcia, ante Polonia, en el último choque de preparación antes de acudir a Sudáfrica.

David Villa, sin embargo, calmó su ansiedad con un zapatazo desde fuera del área, a cuatro minutos de la media hora, que Jehle no pudo parar. Firmó su tanto 43 con la Roja. Y se situó a uno solo de Raúl González como máximo artillero de la historia de la selección.

Las ocasiones se multiplicaban. Torres en más de una oportunidad, Iniesta, Xavi... y sobre todo 'el Guaje' otra vez, que desperdició un mano a mano que hubiera engrandecido sus guarismos antes del intermedio.

A la vuelta de los vestuarios Cesc ocupó el lugar de Xavi. Martin Frick, el futbolista más reputado de Liechtenstein, 94 partidos internacionales y catorce goles, pudo marcar. Pero Iker estuvo atento en su salida.

Torres marcó el cuarto con un tiro desde dentro del área. Los locales se resignaron a su suerte ante la riada de momentos de gol que tenía España. Del Bosque dio paso a David Silva, que salió por el atacante madrileño. Por precaución. El trabajo estaba hecho.

Silva tardó cuatro minutos en ver puerta. Recibió un pase de Cesc. Se dio la vuelta y batió a Jehle, menos inspirado en este tramo.

España buscó más. Sobre todo Villa, al que se le negó el gol. Incluso, lanzó al travesaño un balón en el descuento. Se quedó en 43 tantos. A uno aún de Raúl.