Las cartas están sobre la mesa. El París Saint Germain ha demostrado que tiene dinero y que no duda a la hora de ponerlo al servicio del club. Los franceses han roto el mercado veraniego con las dos operaciones más caras de la historia: Neymar y Mbappé.
Los 222 millones que se han pagado por el astro brasileño y los 180 que han soltado por el francés hablan por sí solos. Hay 400 millones concentrados en dos jugadores, una cifra descomunal, pero que no es desconocida del todo en el mundo del fútbol.
Los analistas de Interwetten han aplicado un método que sirve para traducir las cifras de los traspasos del año 2000 en adelante a lo que supondría en la actualidad y las mismas arrojan resultados sorprendentes. El primero y más notorio es que el dinero movido por Neymar y Mbappé no alcanzaría para ser el traspaso más caro. Sí lo harían los 73,5 millones de euros que se pagaron por Zidane en el año 2001, que se convertirían en unos espectaculares 314 millones en la actualidad.
El órdago y la puesta están sobre la mesa. Otra cosa es lo que pase después sobre el césped. El dinero, como es más que sabido por cualquier futbolero, así como por los directivos de los clubs, facilita pero no asegura el éxito.
El PSG necesita ganar la Champions para que su inversión se materialice en hechos, pero los parisinos no saben lo que es ganar una ‘Orejuda' pese a los evidentes avances que han demostrado en los últimos tiempos. ¿Habrá paciencia si la pelota no acaba de entrar?
De momento, y nadie puede negarlo, han conseguido adelantar al Barcelona, sobre todo, y al Madrid, en un mercado veraniego donde mandaban, fundamentalmente, ingleses y españoles. Habrá que ver si son capaces de plasmar su valor económico en lo estrictamente deportivo.
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