El delantero del Espanyol Sergio García acabó con la condición de invicto del Atlético de Madrid con el gol que anotó en el minuto 87, en el RCDE Stadium, que rompió la igualdad de un pulso de entrega y lucha y con pocas ocasiones claras.
El conjunto catalán nunca se dejó intimidar por los registros de gigante del cuadro de Simeone. No hubo grande ni pequeño. Los de Quique Sánchez Flores buscaron el gol con insistencia y lo lograron prácticamente sobre la bocina. Los blanquiazules respiran tras un mal diciembre y los rojiblancos ponen en pausa su dinámica estelar.
El partido empezó con nervios y polémica: el Espanyol reclamó una mano de Filipe Luis a los seis minutos. Más allá de esto, el anfitrión arrancó sin complejos, con una propuesta ofensiva, ritmo e intensidad. El Atlético exhibía la misma fórmula, su sello distintivo y habitual.
En el primer cuarto de hora no hubo acercamientos claros por parte de ningún equipo: centros imprecisos, balones largos y disparos lejanos. En el minuto 18 llegó la ocasión más diáfana. Baptistao aprovechó un centro largo para quedarse solo delante de Oblak después de un fallo de Filipe en el centro.
El brasileño probó una vaselina, pero su disparo se fue desviado. El ariete y toda la afición lamentaron su error frente al meta esloveno: tuvo velocidad, pero no puntería. El Espanyol, a partir de esta acción, afinó su ataque. Gerard Moreno se gustaba y el Atlético tenía dificultades para llegar al área rival.
Simone exigía más revoluciones ante el pico de inspiración blanquiazul. Una contra de Griezmann interrumpió de forma momentánea la inspiración perica. Fue el primer síntoma de la recuperación rojiblanca. Los centros de Filipe examinaban la defensa catalana, aunque no encontraban un rematador.
En el minuto 40, el Atlético pidió penalti después de que Griezmann cayera en el área ante la salida de Pau López. El árbitro no vio contacto. El partido acabó en tablas al descanso.
En la reanudación, los de Simeone seguían sin disfrutar de ocasiones claras. La iniciativa era el Espanyol, dispuesto a plantear un pulso de tú a tú al rival. Era un choque de pelea y transiciones rápidas, pero sin puntería. Un disparo de Gerard y otro de Koke, los mejores avisos por parte de ambos conjuntos.
Los rojiblancos movieron el banquillo y Correa saltó al campo por Thomas. Un cambio ofensivo: Simeone quería tres puntos y apostaba por entrar por las bandas. Quique, de momento, no cambiaba piezas. Mantenía su juego ofensivo centrado en Gerard Moreno y Sergio García.
En el minuto 69, el árbitro anuló un gol a Godín. El central mandó el balón al fondo de la red con un remate de cabeza, aunque empujó a un rival. Gameiro tuvo una ocasión dorada en el 76: solo ante Pau, también falló en la precisión. El portero gerundense, el que más paradas ostenta de LaLiga, atrapó el balón.
El partido, en este último cuarto de hora aumentó sus imprecisiones, pero mantuvo el guión de acercamientos poco concretos. Sergio García, en el minuto 87, provocó un terremoto. En Cornellà y en la liga. Tras un centro de Granero en una contra, conectó al primer toque y firmó el 1-0. Ya no había tiempo para más.
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