Amedeo Spadaro, presidente del San Francisco y profesor de la UIB autor de este estudio. | miquel a. cañellas

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Resulta incalculable el impacto de la crisis económica del coronavirus en el mundo del deporte. A escala profesional ascenderá a millones de euros, especialmente en las modalidades más mediáticas. El fútbol es el ejemplo más claro para reflejar el agujero que la COVID-19 dejará en las arcas de clubes, federaciones, operadores de televisión, deportistas...

Pero más allá del espectro profesional, el balompié amateur y de formación ya sufren en sus carnes las consecuencias de un parón que sigue siendo indefinido y que se ha cobrado varias víctimas a nivel de eventos. La Eurocopa se disputará en 2021 y las diferentes ligas europeas han parado indefinidamente su actividad, arrastrando consigo a los torneos continentales (Liga de Campeones, Europa League...).

Pero el análisis más profundo de la parte más amplia del esqueleto del balompié estatal, y en consecuencia balear, anticipa un panorama desolador. Amedeo Spadaro, profesor de Economía de la Universitat de les Illes Balears (UIB) y presidente del San Francisco, uno de los clubes de referencia en materia de formación en Mallorca, ha realizado un estudio y traza una estimación del alcance económico de la crisis sanitaria.

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Y lo hace dibujando un escenario temporal que puede alargarse unos tres meses, el espacio que resta para finalizar una temporada 2019/20 que, sugiere, debería ser dada por finalizada por la Real Federación Española de Fútbol dada la coyuntura. De esta manera, los clubes podrían reducir ostensiblemente sus costes de manera casi definitiva, y a la vez, todo el mapa futbolístico podría acogerse a las medidas extraordinarias de cierre por situación de emergencia y pedir ayudas y compensaciones por parte de las autoridades.

Al estar suspendida temporalmente la actividad de los clubes, y no de manera definitiva por parte de la RFEF, esas entidades no pueder ser asimilables a una empresa, lo que agrava su presente y futuro inmediatos. La falta de ingresos (cuotas, taquillas, patrocinadores, ingresos corrientes...), junto a la obligación de tener que asumir los costes salariales y de mantenimiento de las instalaciones y la ausencia de mecanismos de ayuda directos ahogan al fútbol amateur y base.

Spadaro traslada sus tesis a escala nacional al marco balear, fijando un impacto mensual dentro del alcance de la territorial isleña de 1.373.097'29 euros. En total, el montante a nivel nacional ascendería a 53 millones de euros mensuales, destacando sus previsiones para federaciones potentes como Andalucía (7.855.550'33), Cataluña (8.578.293'47), Madrid (5.971.741'81) o Galicia (4.810.626'576).

El dirigente deportivo y docente de la UIB no contempla una mejora del escenario antes de junio, tomando como ejemplo el caso de China. Y para afinar sus cálculos, establece una media de 50 fichas por club medio en España, que se traduce en 2.500 euros de costes de actividad totales mensuales.