El egipcio, sustituido en la primera parte tras una falta de Sergio Ramos, es una de las caras visibles del proyecto que aquel día, por extraño que parezca, empezó a despegar. La final sirvió para que el Liverpool se diera cuenta de la necesidad de un portero de nivel y despacharon a Karius para fichar a Alisson Becker, el hombre que habían sufrido en semifinales.
Comenzó un apuntalamiento del equipo que trajo a Virgil Van Dijk y a Diogo Jota, pero que se frenó este verano. Jürgen Klopp, en su intento por barnizar ciertas partes del equipo sin romper la columna vertebral, se trajo a Thiago Alcántara del Bayern de Múnich. El 'robo' del verano, porque al Liverpool solo le costó 20 millones. Pero introducir una pieza de tanto valor en un puesto tan sensible como el medio del campo no le ha funcionado a Klopp como esperaba y el español aún no ha cogido las riendas del equipo.
A eso se ha unido la avalancha de lesiones que ha sufrido el equipo y que les habían esquivado en temporadas anteriores. Cayó Van Dijk en una entrada terrorífica de Jordan Pickford. Se pierde toda la temporada. Cayó Joe Gomez, en una concentración con Inglaterra. Fuera toda la campaña. Y le siguió Joel Matip, también apartado hasta junio.
El Liverpool tuvo que tapar agujeros y recolocar como centrales a Fabinho y Jordan Henderson, además de traerse en invierno a dos segundas filas como Kabak, del Schalke 04 y Ben Davies, del Preston North End del Championship. También dio minutos a Nathaniel Phillips y ahora mismo es una incógnita quiénes serán los elegidos por Klopp en un partido de tal envergadura.
Tiempo para experimentos tiene, puesto que la Premier es poco más que un campo para experimentos ahora mismo, con el equipo sexto, a cinco puntos de la cuarta plaza. «No somos candidatos a la Champions, primero tendremos que mejorar mucho en la Premier, donde no hemos alcanzado el nivel que sí hemos mostrado en Europa», dijo Klopp tras eliminar al RB Leipzig por un sólido 4-0 en el global.
Arriba el equipo mantiene a los hombres importantes, pero no están en un gran estado de forma. Mané y Salah llegaban de disputarse las Botas de Oro en Inglaterra, y esta campaña el senegalés solo lleva 12 tantos entre todas las competiciones. Algo mejor está Salah, que suma 25 y 17 de ellos en la Premier. Pero el nivel de Salah, que alguna vez soñó con disputar el Balón de Oro ha caído en picado parejo al equipo y es su calidad individual la que le saca las castañas del fuego. En 2021, solo ha anotado seis goles, pese a jugarlo todo.
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Halaaaaaaa Madrid!!!