Ha sido una fase final para el dramatismo tardío, con un gol más en el tiempo añadido que el récord anterior de nueve en 2016, el primer torneo que se amplió a 24 equipos, y el doble que hace tres años. Quizás el más espectacular fue el que anotó el italiano Mattia Zaccagni, su primer gol en el fútbol internacional, con un disparo con efecto que se coló por la escuadra en el minuto 98 de su choque del Grupo B contra Croacia, que supuso el empate a uno. De esa forma, Croacia se despidió de la competición, ya que sus dos puntos no le bastaron para terminar como uno de los cuatro mejores terceros. Alemania se hizo con el primer puesto del Grupo A gracias a un gol de Niclas Füllkrug en el minuto 92, en su empate a 1-1 con Suiza, que le privó del primer puesto. Portugal acabó primera del Grupo F gracias al gol de Francisco Conceiçao en el minuto 92 contra los checos en su primer partido. Los checos encajaron dos goles al final de sus partidos y uno en el tiempo añadido de la primera parte, lo que puso de manifiesto su debilidad justo antes del pitido final. El gol más tardío anotado en el torneo fue en el minuto 100, obra del húngaro Kevin Csoboth en su victoria por 1-0 sobre Escocia, aunque no fue suficiente para pasar a octavos.
Puede que en esta fase final se hayan visto más goles en el tiempo añadido, pero también en el pasado ha habido casos famosos que han resultado decisivos. En el 2000, cuando España perdía por 3-2 ante Yugoslavia y estaba a punto de caer eliminada en la fase de grupos, Gaizka Mendieta empató de penalti en el minuto 94 y Alfonso Pérez marcó el gol de la victoria 60 segundos después. En 2004, Inglaterra iba ganando 1-0 en el tiempo añadido de su partido de grupo contra Francia, pero Zinedine Zidane marcó dos goles antes del pitido final para sellar la victoria francesa. Ambos equipos pasaron a la fase eliminatoria.
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