A sus 39 años, en su último torneo europeo -habrá que ver si también gran competición, porque el Mundial de Estados Unidos, Canadá y México asoma a dos años vista-, el astro luso sigue siendo titular indiscutible en su selección, una referencia, un líder, un jugador admirado, cuya vigencia es indudable, pero aún frustrado por el gol. Aún inalcanzable en Alemania 2024.
Ninguno de sus veinte remates han acabado en la red de la portería contraria. Ni contra Turquía ni contra República Checa ni contra Georgia, en la primera fase. Ni siquiera tampoco, ni de penalti, contra Eslovenia, cuando Oblak le hizo una parada espectacular en su lanzamiento desde los once metros, en el que la destreza de «CR7» es incuestionable. De sus 166 lanzamientos a nivel de clubes, marcó 144 (86,7 por ciento de acierto). De los 28 que tiró con la selección portuguesa, transformó veinte (71,43 por ciento). En las tandas de penaltis, tan solo falló dos: 11 de 13. Un 84,62 por ciento de efectividad. No ha marcado gol, sólo ha dado una asistencia en esta Eurocopa, cuando entregó el 0-3 a Bruno Fernandes ante Turquía. Podría haber marcado él mismo. No lo hizo, como tampoco lo ha hecho en ninguno de sus ocho tiros entre los tres palos. Ninguno ha batido al portero contrario.
Otros siete disparos terminaron fuera. Cinco más los bloqueó el rival. También ha ejecutado cinco faltas. Sin gol. Ha tenido un 86 por ciento de precisión en el pase (entregó 58 de 66), ha hecho seis regates, ha recorrido 37,3 kilómetros, ha trazado su máxima velocidad a 32,7 kilómetros por hora y ha jugado cada uno de los cuatro encuentros de Portugal desde el principio. Sólo lo ha hecho también Diogo Costa, la figura de la portería y del pase ante Eslovenia, cuando detuvo tres lanzamientos de penalti Pero Cristiano, cuyo lloro tras el penalti fallado antes ante Oblak en la prórroga recorrió de nuevo el mundo, aún no ha marcado el gol que sí había conseguido en todas y cada una de sus diez fases finales anteriores entre los Mundiales y las Eurocopas, con un total de 14 entre las cinco anteriores y la actual de la competición continental y de ocho en las citas planetarias, con su máxima expresión con los cuatro tantos que anotó en Rusia 2018.
En sus cinco Eurocopas, a estas alturas ya había marcado algún gol en sus primeros cuatro encuentros, mientras toma rumbo al duelo del viernes frente a Francia en Hamburgo. En la primera, en 2004, logró dos tantos, uno en su debut; en 2008 añadió otro más; en 2012 terminó con tres; en 2016. sumó tres más; y en 2021 fue el máximo goleador con cinco aciertos, igualado con el checo Patrik Schick, aunque resultó vencedor el astro luso por dar una asistencia.
En su recorrido por cinco Mundiales, a la vez, también anotó al menos un gol en cada uno de ellos. En Alemania 2006, con uno; en Sudáfrica 2010, con otro; en Brasil 2014, con otro; en Rusia 2018, con cuatro; y en Qatar 2022, con uno.
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