Según un estudio de FIFPRO, el crecimiento de las competiciones femeninas de fútbol «está aportando un mayor reconocimiento y profesionalización en algunas partes del mundo, pero ejerce una presión excesiva sobre algunas jugadoras y no aborda problemas más amplios, como los partidos desiguales y la infracarga». El estudio, elaborado con 'Football Benchmark', muestra un desarrollo desproporcionado, con competiciones nuevas o ampliadas en unos pocos países, sobre todo en Europa y Norteamérica, y poco o ningún desarrollo en otros lugares.
«Este crecimiento desigual crea un desequilibrio en el número de partidos para las futbolistas profesionales, con algunas sobrecargadas por demasiados partidos, pero la mayoría con muy pocos», indica FIFPRO. Así, Mariona Caldentey, con un total de 64 partidos, fue la futbolista más utilizada la pasada campaña. Supera por 31 encuentros a la media. El informe agrega que la diferencia de oportunidades en los partidos de competición quedó demostrada en los Juegos Olímpicos de París 2024.
La japonesa Moeka Minami, defensa del Roma, había jugado más de 4.500 minutos en los 12 meses anteriores, mientras que algunas de sus compañeras de selección apenas habían disputado 1.000. En otra estadística que muestra la diferencia de tiempo de juego, la selección española contaba con 17 jugadoras que habían participado en al menos 30 partidos antes de los Juegos Olímpicos, mientras que Colombia sólo tenía cinco. Entre las competiciones nuevas o ampliadas previstas para 2025 figuran una competición de clubes de segundo nivel de la UEFA y el Mundial de Clubes.
«Las ligas de Alemania, Italia, Japón, Suecia y Estados Unidos se han ampliado o tienen previsto hacerlo. Mientras tanto, la Superliga Femenina en Inglaterra no se ha expandido desde 2018. El crecimiento en algunas regiones sigue estancado y falto de inversiones: no hay previstas nuevas competiciones regionales en Sudamérica, África u Oceanía», agrega el estudio. FIFPRO explica que aboga por una serie de medidas para proteger la salud y el rendimiento de los jugadores, y acelerar el profesionalismo de manera más uniforme.
Así, exige descansos obligatorios de cuatro semanas fuera de temporada, y descansos de dos semanas durante la misma, para proteger a los jugadores de la sobrecarga. También demanda condiciones mínimas para los desplazamientos, la preparación y la recuperación, así como nuevas competiciones o ampliación de las ligas y otras competiciones para ofrecer más partidos a los jugadores con sobrecarga. «Incluso en Europa las competiciones nacionales y continentales suelen estar desequilibradas. El estudio muestra que la Liga de Campeones femenina fue una de las más desequilibradas de la última década, con una diferencia media de goles de 2,38 gracias a que unos pocos equipos, entre ellos el Lyon y el Barcelona, dominaron a los más pequeños», señala FIFPRO.
El sindicato explica que «también hubo un gran desequilibrio en la liga brasileña (con una diferencia media de goles de 2,25) y en muchas ligas europeas». De las 10 competiciones de fútbol femenino analizadas en el informe, la liga más equilibrada fue la National Women's Soccer League (NWSL), que opera un sistema de franquicias con un convenio colectivo progresivo que incluye un modelo de reparto de ingresos y un gasto uniforme por equipo. La diferencia media de goles de la NWSL la temporada pasada fue de 1,32 y tuvo el menor número de partidos en los que hubo un margen de cuatro goles o más.
La NWSL tuvo una media de 0,4 partidos con marcadores abultados cada 10 encuentros en la última década, en comparación con los 2,17 de la liga alemana y los 2,31 de la francesa, dominadas por un pequeño grupo de equipos en ese periodo: Bayern Múnich y Wolfsburgo en Alemania y París Saint-Germain y Lyon en Francia. Según el informe, «existen grandes disparidades en la forma en que los grandes clubes abordan la rotación de sus plantillas. A veces es por decisión propia: hay algunos clubes punteros, como el Barcelona, que pueden permitirse el lujo de dar descanso a jugadores clave en determinados periodos de la temporada». Sin embargo, «otros equipos utilizan una alineación casi idéntica cada semana y confían en el mismo núcleo de jugadores». El Roma tuvo a cuatro jugadores sobre el terreno de juego en más del 80 % de sus 41 partidos de la temporada pasada, incluida Moeka Minami, que promedió 96 minutos por encuentro.
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Y no le dan ni el balón de oro, es una vergüenza