El ciclismo balear salva los muebles en París

Sin duda, quedó para los anales la sexta posición en la exigente prueba de ruta (158 kilómetros) de Mavi García, quien junto a la catalana Mireia Benito formaba el dueto español. La pentacampeona de España estuvo delante, con las mejores, hasta la última ascensión a Montmartre, en la que el ataque de la estadounidense Faulkner, a la postre campeona olímpica, pasó factura al enorme trabajo y desgaste realizado por la balear, de 40 años y que vivía en París su segunda participación en los Juegos, tras ser duodécima en Tokio. Incluso pudo pelear en el esprint por el quinto puesto, pero se quedó sin energías al pie de la Torre Eiffel. Así, lograba un diploma con el que cerrar su historial olímpico.

Y el otro protagonista nos traslada al velódromo de Saint Quentin-en-Yvelines. Allí, el menorquín Abert Torres, en el inicio de su tercera presencia olímpica, tras debutar en Londres 2012 y regresar en Tokio 2021, estuvo a poco más de una vuelta de atrapar la medalla de bronce en la prueba de Omnium, acabando cuarto y a apenas cuatro puntos del podio. A sus 34 años, suma otro diploma a los conseguidos en Londres 2012 -persecución por equipos- y Tokio -Madison-, pero tiene una última oportunidad para dar al ciclismo español la que puede ser su única medalla en los Juegos de París, toda vez que otras opciones como la de David Valero (décimo en BTT) o la prueba masculina en ruta (Álex Aranburu, mejor español, puesto 18) no acabaron de cuajar.