«Estoy confiado. Estoy muy relajado sobre las posibilidades de nuestro coche. Creo que el invierno ha sido duro para nosotros con todos los entrenamientos. El monoplaza es bastante complejo de entender y configurar», afirmó durante un evento promocional de Shell en el que tanto él como su compañero Felipe Massa se adentraron en el mundo del café.
El bicampeón del mundo reconoció que no habían podido «alcanzar los objetivos», pero eso «no significa» que sean «más lentos» que el resto. «No sabremos dónde estamos hasta el sábado», volvió a recalcar.
El asturiano sabe cuál es su «último objetivo». «Queremos ser campeones del mundo en noviembre. En Melbourne necesitamos tener un buen inicio, pero descubriremos cuál es nuestro nivel de competitividad el sábado», apuntó.
Por otra parte, insistió en que confiará en la capacidad de Ferrari para reinventarse en el caso de que comiencen más flojos que el resto. «Pondremos todas las piezas juntas por primera vez en Melbourne. En los tests siempre sigues diferentes programas. Yo creo en este equipo. Confío completamente, esto es como el Tour de Francia, y este Gran Premio es la primera etapa, ya veremos como lo hacemos aquí en Melbourne. Va a ser un Mundial largo y Ferrari siempre estará ahí», añadió.
Su compañero de equipo, Felipe Massa, está convencido de que a partir de este fin de semana se verá «un coche competitivo» que será muy superior al de los tests. «Ahora vamos a tener todas las respuestas. Esperamos ser un poco más fuertes y por eso esperamos que llegue la carrera. Vamos a dejar de hablar y verlo todo en la pista. Los tests sólo son test», comentó.
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