Mir, con paso firme hacia el título del mundial

Morbidelli se vio sorprendido por sus rivales más directos en la lucha por el campeonato, el suizo Thomas Luthi (Kalex) y el español Alex Márquez, su propio compañero de equipo, que supieron «leer» a la perfección las condiciones de la pista y climatológicas en las escasamente seis vueltas a que quedó reducida la carrera para sacar el máximo provecho posible.

El líder italiano ha visto reducida su ventaja en la clasificación provisional del mundial de Moto2 a escasamente 17 puntos sobre el piloto helvético, aunque cuenta todavía con 49 respecto a su propio compañero de equipo, pero no se puede permitir demasiados errores más, errores, por ejemplo, como el de Brno.

En la República Checa Franco Morbidelli acabó relegado a una discreta octava posición y de continuar en esa línea y con ocho carreras por delante, su ventaja podría desaparecer casi de un plumazo y, con ello, devolver a la categoría un interés que parecía haberse perdido tras acumular nada menos que seis victorias en los nueve primeros grandes premios.

Además de Álex Márquez, seguro que Xavier Vierge quiere dar un giro positivo a su rendimiento para demostrar al equipo Dynavolt en que estará el próximo año, lo acertado de su fichaje, como también Jorge Navarro para continuar tal y como se encuentra en la presente temporada.

Muy distinta es la situación en Moto3, en donde Joan Mir manda con mano de hierro.

Mir, paradójicamente con las mismas victorias que Franco Morbidelli -seis- ya tiene 42 puntos de ventaja sobre su inmediato perseguidor, el italiano Romano Fenati (Honda), el piloto más en forma de la categoría, junto con el líder y el también español Arón Canet (Estrella Galicia 0'0 Honda), tercero en la clasificación del mundial y en Brno, precisamente tras sus dos rivales por el título.

Ellos son y deben ser los principales actores en el Red Bull Ring de Spielberg, aunque como es habitual en la más pequeña de las cilindradas, son muchos los pilotos que se meten habitualmente en la pelea por el podio y en Austria no será menos.

Todos ellos beneficiados, seguramente, por el hecho de que al ser un circuito con una velocidad media muy alta y pocas curvas, los rebufos se convertirán en auténticos protagonistas de la carrera.