En un evento telemático desde Maranello, el equipo dio a conocer el SF-24, un monoplaza que «rompe con la tradición de los dos últimos años». Primero, por su diseño, con el que Enrico Cardile y su equipo se propusieron crear «un coche fácil de conducir y que reaccione de forma predecible» para los pilotos.
El propio Cardile explicó que el SF-24 es «una plataforma completamente nueva», en la que «se han rediseñado todas las áreas». «Hemos tenido en cuenta lo que nos dijeron los pilotos y hemos convertido esas ideas en una realidad de ingeniería, con el objetivo de darles un coche más fácil de sacar el máximo partido y llevarlo al límite. No nos hemos impuesto ninguna restricción de diseño aparte de la de ofrecer un coche fuerte y honesto», expresó.
Otro punto que desde Ferrari insistieron en que se ha mejorado es el motor, a pesar de que el reglamento en este sentido «esté congelado». «Hemos revisado todos los procesos relacionados con el motor con el fin de maximizar el rendimiento. Además, hemos trabajado muy estrechamente con nuestros socios para optimizar aún más los procedimientos relacionados con la fiabilidad», dijo el responsable de la unidad de potencia, Enrico Gualtieri.
El 'Cavallino Rampante', en el último año de Carlos Sainz, antes de la llegada del británico Lewis Hamilton procedente de Mercedes en 2025, quiere exprimir y potenciar las «sensaciones positivas» con las que Leclerc y Sainz terminaron el 2023, para «permitirles aprovechar al máximo el potencial de la unidad de potencia, combinado con su indudable habilidad al volante», según explicó Ferrari en su comunicado.
El jefe de equipo, Fred Vasseur, insistió en esta idea y aseguró que deben empezar donde lo dejaron «al final de la temporada pasada», cuando eran «líderes constantes» y «con el objetivo de mejorar constantemente en todas las áreas». «Debemos ser más fríos y eficaces en la gestión de las carreras. A menudo se dice que tus fans pueden darte una marcha extra y eso será cierto en un campeonato muy reñido», agregó.
Además, el coche presenta cambios relevantes en el 'livery', sin perder el rojo de Ferrari como identidad. Así, el blanco adquiere más protagonismo, junto al amarillo, el segundo color de la escudería y en un guiño al Mundial de Resistencia. Este año, ese amarillo aparecerá en forma de franjas longitudinales, que no se veían en el Ferrari desde 1968. Por tanto, hay menos negro en el coche que en años anteriores, ahora restringido al suelo, parte del 'halo' y otras áreas.
Por su parte, los pilotos admitieron que se mueren «de ganas» de surbise ya al nuevo coche. «El objetivo es tener un coche más manejable y capaz de rodar a un ritmo de carrera constante, los requisitos básicos para luchar por las victorias. Los pilotos hemos hecho todo lo posible para dar a los ingenieros información precisa y estoy seguro de que habrán escuchado nuestras necesidades. Queremos dar una alegría a los aficionados», comentó Sainz.
Mientras Leclerc intuyó «menos sensible» el SF-24, «lo que se necesita para hacerlo bien». «Espero que el coche dé un paso adelante en varios aspectos y, por la impresión del simulador, creo que estamos donde queremos estar. Esta temporada el objetivo es estar siempre entre los mejores», sentenció el monegasco.
Ambos pilotos darán sus primeros giros con el SF-24 en los tradicionales 'filming days', para vídeos y fotografías del monoplaza, pero que sirven como 'shakedown', después de semanas probándolo en el simulador. Ahí arrancará el intento de remontada de Ferrari por volver a la cima y ganar un Mundial 17 años después de que lo hiciera Kimi Raikkönen (2007), rompiendo con el actual dominio de Red Bull. La temporada empezará el 2 de marzo con el GP de Baréin.
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