Una diferencia que le permite estar tranquilo, pues sus más
directos rivales, Zulle y Olano, son corredores de características
similares. Su punto fuerte no es la montaña, apartado en el que el
más débil es Olano, segundo en estos momentos en la general a 7.44
minutos.
La clave, sin embargo, parece que la tiene el cuarto en
discordia, mejor dicho el quinto en la general, el español Fernando
Escartín, cuyo punto fuerte es la montaña.
Escartín y su equipo, según Zulle, son la llave de este Tour,
pues van a ser los que intenten romper la carrera en las jornadas
pirenaicas y los corredores que tengan fuerzas para seguir sus
ruedas serán los grandes beneficiados de todo lo que ocurra. Las
dos jornadas de los Pirineos tienen relevancia bastante como para
poner patas arriba la general. Siete minutos es una renta
importante, pero ni mucho menos definitiva, pues de
desfallecimientos mucho más impresionantes han sido los colosos de
los Pirineos, el Tourmalet, Aspin o Aubisque por citar algunos. Lo
peor para Olano, Zulle y Escartín es que en está ocasión las
fuerzas también son parejas ya que las jornadas del Macizo Central
han sido más cómodas de lo esperado debido a las escapadas.
Fueron los comentarios principales en la jornada de reposo que,
en esta ocasión sí lo fue, pues no hubo que hacer el maratoniano
desplazamientos y todos los equipos se encuentran en Saint Gaudens
o sus alrededores, en un radio de cien kilómetros. La jornada fue
dedicada por todos los conjuntos para entrenar por la mañana, en
algunas ocasiones acompañados de una suave llovizna, durante un par
de horas, sin forzar el ritmo en muchos casos, aunque en otros sí
fue una especie de etapa como fue el caso del equipo Kelme.
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