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El nombre de Sebastià Penya genera unaminidad en los despachos del Bàsquet Inca. El relevo de Joan Rubert en la poltrona de la entidad cuenta con el respaldo absoluto del actual equipo de gobierno, circunstancia que convertirá el inminente proceso electoral en un puro trámite. En una encuesta realizada por esta redacción, algunos de los directivos con más peso específico de la sociedad "Pere Soler, Pep Mula, Jordi Morey y Joan Rubert" coincidieron a la hora de señalar a Penya como el hombre idóneo para ocupar la presidencia.

Sebastià Penya parece crear un sentimiento de plenitud colectiva en la cúpula regente, que estima fundamental reestablecer la figura de un presidente, vacante tras la dimisión de Joan Rubert. «Es importante contar con una cabeza visible y Penya ha demostrado que es una persona preparada para representar a una sociedad tan importante como el Bàsquet Inca», significó el vicepresidente Jordi Morey. «Personalmente considero que la gestión de Joan Rubert ha sido modélica, pero en su día decidió dimitir por una serie de motivos y está claro que ahora hace falta un punto de referencia», añadió.

En opinión de Pep Mula, el acceso a la presidencia de Penya evidencia que el Inca es un club «vivo y que genera debate. Diez años después hacía falta un cambio porque la dirección del club apenas había sufrido variaciones y eso no es bueno. Los cargos deben renovarse porque es una forma de enriquecerse. Ojalá hubiera más peronas interesadas en la presidencia».