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Bàsquet Inca ha acelerado su proceso de reconstrucción en los despachos. El actual equipo de gobierno del club ha optado por dar un giro de ciento ochenta grados sobre su planteamiento inicial de abrir un proceso electoral durante el mes de diciembre y ha nombrado "en el transcurso de su reunión del martes" presidente a Sebastià Penya. El relevo ha cobrado oficialidad. Penya, hasta ahora miembro de la terna de vicepresidentes que lideraban la pirámide de poder de la entidad, ocupará la poltrona hasta el término de la actual temporada, mientras que el dimitido Joan Rubert mantendrá su rango de vicepresidente.

La inesperada designación de Sebastià Penya prolongará la vida de la junta gestora, constituida pocas semanas después de la conclusión del curso anterior. Oficialmente, el club no ha dado a conocer cuales son sus planes de futuro, aunque todo apunta a que durante el verano se abrirá el proceso electoral y Penya será proclamado presidente, lo que le permitirá presidir la entidad durante un periodo mínimo de cuatro años.

La decisión de acelerar el acceso a la presidencia de Sebastià Penya obedece «a la necesidad del club de tener una cabeza visible. Tanto a nivel institucional como social y deportivo, incluso en los sectores de opinión, se nos reclamaba la instauración de esta figura y por eso la directiva acordó nombrarme antes de lo previsto inicialmente», explicó el propio Sebastià Penya a esta redacción.