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Pedro Terrassa (Madrid, 1970) trabaja en el fútbol y juega a baloncesto, un deporte en el que llegó a despuntar como un eficaz alero en las filas del Gesa Alcúdia y del Calvià. Economista de profesión, ingresó en el Mallorca hace cuatro años para desempeñar funciones de contable primero y director fianciero algún tiempo después. Hoy es el lugarteniente de Mateo Alemany y su nuevo reto consiste en cubrir las áreas a las que no llega el consejero delegado.

«Me siento muy ilusionado con este cargo, es un gran desafío personal y profesional para mí y espero serle de utilidad tanto a Alemany como al club», señalaba ayer Terrassa a este periódico. El nuevo gerente del Mallorca se ocupará de diversas áreas del departamento comercial de la entidad y asumirá funciones de jefe de personal. «El club ha crecido mucho en los últimos años. Actualmente hay ciento setenta personas trabajando para la entidad, todos ellos directa o indirectamente reciben retribuciones del Mallorca y la verdad es que hacía falta un jefe de personal», afirmó el economista.

Consciente de las peculiaridades que tiene una sociedad anónima que vive del fútbol, Terrassa ve en cada resultado deportivo su correspondiente reflejo en la contabilidad del club. «La eliminación ante el Molde fue un palo muy gordo. Calculamos que dejamos de ingresar un mínimo de mil doscientos millones de pesetas entre fijos, derechos de televisión y publicidad. Era un dinero con el que contábamos para afrontar la temporada y lo cierto es que nos hizo polvo el presupuesto. De lo que se trata ahora es de recuperar parte de esos ingresos potenciales por la vía de la UEFA. El Mallorca ha conseguido entrar en una fase interesante y empiezan a verse rivales de entidad, como el Ajax. Espero que lleguemos muy lejos tanto por los beneficios económicos como por los deportivos».