El filial amontona 50 días sin conocer la cruz del balompié, la
cara más amarga de la moneda de la Liga. El Mallorca B suma siete
semanas sin perder (ocho jornadas porque ante la Gramanet el
partido fue suspendido) y su trayectoria apunta a las plazas de
liguilla.
El grupo de Juan Ramón López, con el rostro más joven de la
categoría, se ha metido directamente en el corazón de la
competición a golpe de gol y sentido común. Tras un inicio quebrado
por las circunstancias (falta de acoplamiento, plantilla remozada y
estreno de categoría) el conjunto balear ha salido a flote y se ha
instalado entre la élite: «es una cuestión de actitud» se ha
cansado de repetir el técnico andaluz para justificar la progresión
sin límite del filial.
La plantilla 99/2000 del conjunto rojillo destaca por su
equilibrio; defensa aplicada en la marca y expeditiva con el balón,
centro del campo con gusto en el eje y velocidad en los flancos y
gol arriba. La experiencia aragonesa de Miki le ha curtido y ha
aportado seguridad bajo los palos, lo que hace del filial un equipo
temible pese a su cara de niño.
Gandía (5-2), Alzira (2-0), Valencia B (3-2), Barça B (2-2),
Sabadell (1-0), Figueres (2-0) y Terrassa (0-0) han sido incapaces
de tumbar a un equipo que sigue acumulando elogios a medida que
avanza el curso. Juan Ramón no quiere hablar de la liguilla, pero
se muestra optimista ante la posibilidad de cerrar la primera
vuelta entre los escogidos.
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