«Float like a butterfly, sting like a bee». Vuela como una mariposa y zumba como una abeja. Este es el lema que utilizaba como boxeador quien a juicio de los especialistas ha sido el púgil del Siglo XX. «Soy boxeador por la voluntad de Dios. Por eso soy bueno». Con estas palabras me recibió Muhammad Alí en su vestuario del circo Kroner de Munich (Alemania), la víspera de un combate frente al inglés Richard Dunne en el que retuvo, por enésima vez, la diadema de los grandes pesos. Eran momentos en que el boxeador de Louisville se creía ungido por el Sumo Hacedor. Estaba convencido de que era boxeador por la voluntad de Dios. No rehuía ninguna oportunidad para hacer proselitismo: «Me siento orgulloso de ser musulman negro. Orgulloso de ser un servidor de Dios, aunque sea bailando y pegando puñetazos sobre un ring».
Boxeo
Muhammad Alí, el profeta de Dios
El legendario boxeador estadounidense ha sido designado mejor deportista del siglo por numerosos medios de comunicación
21/12/99 0:00
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