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I.O. El vendaval que azotó Mallorca la noche del lunes también visitó Son Moix. La entrada de maratón, que está permanentemente abierta, provocó una fuerte corriente que causó diversos destrozos en el estadio. Puertas y cristales rotos, vallas de publicidad estática por los aires y el derribo de una pequeña pared de uno de los baños de las gradas fue el balance del paso del viento por el recinto. Aunque el propio club minimizó ayer la importancia de los desperfectos, varios trabajadores de la entidad permanecieron trabajando en el estadio hasta las tres de la madrugada del martes. «Todavía no hemos terminado aunque las reparaciones más urgentes ya se han podido hacer», señaló ayer una de las personas que participó en los arreglos.

Al margen de los efectos materiales que provocó su paso, el vendaval ha elevado el tono del debate sobre la infraestructura del estadio, considerada insuficiente por la entidad mallorquinista desde que le fue entregado el estadio después de la Universiada. «Este estadio no ofrece problemas cuando las condiciones climatológicas son óptimas, pero entonces no tiene problemas ningún estadio. El problema es que Son Moix es una instalación de verano pero no se han tenido en cuenta situaciones como la de anoche», lamentaba ayer un dirigente bermellón. El Mallorca quiere aprovechar esta incidencia para cerrar en breve la entrada de maratón.