Albert Orfila24/03/00 0:00
TW
0

El factor Roe está predestinado a variar sustancialmente el dibujo de Olmos y también el perfil del Inca. Cualquier cambio de extranjero origina siempre algún tipo de cambio en el manual del entrenador y en la forma de jugar de su equipo, no obstante, en el caso del cuadro mallorquín la salida del lesionado Roman Rubchenko y la llegada de Lou Roe, un jugador acostumbrado a vivir a unos pocos metros del aro, proyecta un nuevo plan.

Aparentemente, el dibujo de Paco Olmos adquirirá más equilibrio, aunque también perderá capacidad de amenaza desde el perímetro. Drac Inca estrenará en el clásico balear una pareja de americanos eminentemente interior y versatil, aunque curiosamente ninguno de ellos es un cinco nato. Sobre el papel, Jeff Chambers deberá olvidarse durante muchos minutos de actuar como ala pívot y ocupar la posición para la que realmente se le fichó. Lou Roe será el nuevo cuatro, aunque sus credenciales delatan que también puede jugar de alero. De hecho, la nueva joya del Inca ya ha sido comparada con Richard Scott (Caja San Fernando), un jugador fundamental para el actual líder de la Liga ACB.

Con Chambers y Roe dentro de la pintura, es bastante probable que emerja de nuevo la figura de Nacho Yáñez en la línea exterior. El madrileño ya dispuso de muchos minutos en A Coruña. Cumplió en ataque, pero el Inca denotó sobremanera la ausencia de Roman Rubchenko a la hora de rebotear. Sobre el papel, Roe ofrece máximas garantías en esta faceta del juego y también a la hora de imprimir velocidad a la transición del equipo. Luis Merino seguirá siendo una referencia importante, al igual que Rafa Monclova en la dirección del equipo.

El nuevo papel de Gonzalo Fernández es una incógnita, aunque es poco probable que Olmos reduzca la presencia de un jugador en clara línea ascendente y que ha dotado al equipo de soluciones ofensivas e intensidad defensiva. En todo caso, la rotación adquirirá más calidad, entre otras cosas porque Gonzalo está en un momento dulce y Dani Merchán sigue reivindicando protagonismo. De todas formas, la opción de jugar con un cinco nato "en este caso Gonzalo" seguirá estando en la libreta de Olmos.