El piloto español Carlos Sainz (Ford Focus WRC) ha cuajado una
sensacional segunda etapa en el Rally de Cataluña, que le ha
reportado la satisfacción de reducir diferencias respecto al líder,
aunque lo más importante es que cuenta con serias opciones de
llevarse una victoria que se le niega desde hace mucho tiempo. Los
veinte meses de sequía empiezan a pesar demasiado en el bicampeón
madrileño, quien tiene ganas de darse en empacho de éxito y brindar
un triunfo a su afición.
El rally arrancó con el interrogante de ver si el británico
Ricard Burns (Subaru Impreza WRC) iba a ser capaz de mantener el
alto ritmo que marcó en la primera jornada, la cual estuvo
gobernada por un tiempo con predominio de la lluvia. En Tarragona,
con el sol presidiendo los cinco tramos, los Ford de Sainz y McRae
se han mostrado intratables y producto de ello el Subaru de Burns
se ha visto relegado a la segunda posición en beneficio de su
compatriota, que encabeza la clasificación con una ligera
ventaja.
Las posibilidades de Sainz parece que empiezan a tomar forma y
cuerpo. Ya no son opciones sobre el papel, por correr en casa o por
disponer de un buen vehículo. Ayer Sainz ha apretado el acelerador
y por fin se ha podido ver al piloto madrileño plasmando en el
asfalto su conducción. Hoy se presenta una etapa totalmente
abierta, debido a que tanto McRae como sus inmediatos perseguidores
(Burns, 4.3; Sainz, 9.3; Makinen, 35.4; y Panizzi, 54.4) optan
claramente a la victoria, pero el factor meteorológico podría
volver a desempeñar una función determinante.
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