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ALEX SANTOS - GIRONA El piloto español Carlos Sainz (Ford Focus WRC) ha cuajado una sensacional segunda etapa en el Rally de Cataluña, que le ha reportado la satisfacción de reducir diferencias respecto al líder, aunque lo más importante es que cuenta con serias opciones de llevarse una victoria que se le niega desde hace mucho tiempo. Los veinte meses de sequía empiezan a pesar demasiado en el bicampeón madrileño, quien tiene ganas de darse en empacho de éxito y brindar un triunfo a su afición.

El rally arrancó con el interrogante de ver si el británico Ricard Burns (Subaru Impreza WRC) iba a ser capaz de mantener el alto ritmo que marcó en la primera jornada, la cual estuvo gobernada por un tiempo con predominio de la lluvia. En Tarragona, con el sol presidiendo los cinco tramos, los Ford de Sainz y McRae se han mostrado intratables y producto de ello el Subaru de Burns se ha visto relegado a la segunda posición en beneficio de su compatriota, que encabeza la clasificación con una ligera ventaja.

Las posibilidades de Sainz parece que empiezan a tomar forma y cuerpo. Ya no son opciones sobre el papel, por correr en casa o por disponer de un buen vehículo. Ayer Sainz ha apretado el acelerador y por fin se ha podido ver al piloto madrileño plasmando en el asfalto su conducción. Hoy se presenta una etapa totalmente abierta, debido a que tanto McRae como sus inmediatos perseguidores (Burns, 4.3; Sainz, 9.3; Makinen, 35.4; y Panizzi, 54.4) optan claramente a la victoria, pero el factor meteorológico podría volver a desempeñar una función determinante.