La Liga de los excesos, la de los setenta y cinco mil millones de
inversión, llega a Son Moix. Tres años después, Real Mallorca sigue
moviéndose junto a la aristocracia futbolística y eso es una
noticia inédita en la historia de un equipo acostumbrado siempre a
rubricar trayectos interrumpidos en Primera. El IV curso después de
Vallecas se abre esta tarde marcado por una pretemporda poco
fiable, fundamentalmente por su extraño diseño, y con un primer
obstáculo llamado Valladolid.
No es una apertura ante un rival de empaque, pero valorar el
estado de forma del grupo de Aragonés es complejo, una incógnita
enorme. Ha encarado su recta final de preparación ante rivales con
escaso rango y la primera alineación también estará condicionada
por las lesiones "Jovan Stankovic y Miquel Soler" y también por la
ausencia de dos olímpicos "Albert Luque y Samuel Eto'o. Ante esta
tesitura, establecer favoritismos es imposible.
Lo único tanglible es lo que han desvelado los entrenadores. El
Mallorca de Aragonés tirará del 4-4-2 que utilizó durante el ciclo
de Héctor Cúper, mientras que Francisco Ferrado, el argentino que
ocupa el banquillo del Valladolid, ha anunciado que abrirá el
partido con una línea de cinco defensas. Las propuestas tácticas de
uno y otro, incluso sus propios ragos de identidad permiten deducir
que el Mallorca recibirá el balón como regalo a las primeras de
cambio, aunque Ferraro también se ha apresurado a advertir que no
pretende cavar ninguna trinchera alrededor de Ricardo.
En el Mallorca, una de las principales dudas las emite el flanco
izquierdo. Lluís Carreras y Francisco Soler se perfilan como los
relevos de Miquel Soler y Stankovic, aunque no son especialistas y
cualquier reciclaje precisa tiempo. Nadal estará en el banquillo y
Biagini y Carlos jugarán arriba.
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