Bàsquet Inca puede aplicar de nuevo el bisturí y variar
sustancialmente su organigrama ejecutivo y técnico. La labor en los
despachos de José Antonio Artigas, director general del club, no
está generando consenso y una influyente facción de la gestora
considera que su ciclo debe agotarse al término del actual
ejercicio. De hecho, su contratación fue un recurso desesperado.
Fallaron todos los nombres que aparecían en la lista de candidatos
que manejaba la directiva (Josep Oriol Humet, Miquel Giró, Pep
Torres...) y el club acabó encomendándose a un íntimo amigo de José
Luis Abós sin ningún tipo de experiencia en la gestión de clubes
profesionales.
Varios meses después, una parte de la cúpula regente ha llegado
a la conclusión de que incorporar a Artigas fue precipitado y que
la estrecha relación que mantiene con Abós está resultando
perjudicial para la entidad. Si esta parte de la gestora impone su
criterio, sólo uno de ellos seguirá la próxima temporada en el
Inca.
Si finalmente el club decide renovar a Artigas y rescindir el
contrato de José Luis Abós "debería indemnizar al entrenador con un
millón de pesetas ya que su vinculación con el club expira en el
2002", todo apunta a que Paco Olmos podría recibir una propuesta.
El entrenador valenciano, que en la actualidad dirige al Ciudad de
Huelva, sigue manteniendo una buena relación con el presidente
Sebastià Penya y el propio Joan Reverte, aunque su nombre no deja
de ser uno más en una lista en la que también aparecen José Luis
Oliete, Pedro Martínez y Pepe Rodríguez.
No obstante, gran parte de la decisión final sobre el hombre que
ocupará el banquillo del Inca la próxima temporada está en manos de
Pere Andreu Cortés. El cambio de entrenador, entre otras cosas,
podría suponer el regreso al club de Miquel Reynés.
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