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El plantel del Inca parece haberse contagiado de la ambición que destila su hinchada, intrigada en la fiabilidad real de un equipo que no parece tener techo. Luis Merino tiene respuestas. «Ahora mismo nos sentimos capaces de todo. No nos ponemos límites. Es en la realidad». El capitán es un tipo que no suele andarse con rodeos y en la cuenta atrás de una cita predestinada a incrementar las revoluciones, el órdago ya está en el aire. «El Lleida también perderá en el Palau. Con anterioridad lo han hecho Manresa y León y estamos plenamente convencidos de que así será. Eso no significa que vaya a ser fácil, pero con el apoyo de la afición podemos ganar a cualquiera».

Acomodado en tierra de aspirantes a todo, Drac Inca ha dejado de ser un equipo a cuya pujanza al que el resto de la Liga atribuía fecha de caducidad. «Está claro que nos hemos granjeado el respeto de todos. No creo que nadie pueda atribuir nuestra situación a un estado de forma y ánimo temporal. A principio de temporada nos costó encontrar equilibrio, pero después del triunfo en A Coruña el equipo adquirió una gran confianza y los resultados no admiten demasiadas interpretaciones», valoró Merino.

Para el escolta de Torrelavega, el objetivo principal del Inca sigue estando en certificar su ingreso en los playoffs. «Es algo que ahora mismo está a nuestro alcance, pero sería un error creernos que ya lo hemos conseguido. Antes de que se iniciara la temporada siempre se habló de acabar entre los ocho primeros y hasta que no lo hayamos logrado de forma matemática es absurdo plantearnos otras cosas. Así como están las cosas podemos incluso lograr la cuarta plaza y estamos ilusionados, pero es absurdo plantearse metas mayores cuando no has cubierto tu objetivo inicial. Debemos ir paso a paso y no renunciar a nada».