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EFE. Málaga. El Mallorca ha conseguido anotarse una victoria porque supo aprovechar que la fortuna se le puso de cara en el minuto 32 con el autogol del portero malaguista Rafa. Este gol reforzó la defensa de los visitantes, cedió el terreno al Málaga, pero en realidad el ritmo del partido lo puso el Mallorca con un fútbol práctico y que en todo momento cortó el ritmo del Málaga. Al final el resultado fue justo.

En los primeros 45 minutos el partido fue igualado con un Mallorca muy serio en defensa, tratando de imponer un ritmo lento en el envite ante un Málaga que puso corazón y lucha, pero que no pudo encontrar hueco en la cobertura del Mallorca. El equipo que entrena Luis Aragonés estuvo bien organizado atrás y se fue arriba en el marcador gracias aun gol absurdo e incomprensible. Un centro sin peligro de Luque llegó a los dominios de Rafa, el balón tocó su rodilla derecha y finalmente el balón se le fue dentro, y, aunque intentó sacarlo, cuando lo hizo ya era tarde.

El Málaga dispuso en los minutos 26 y 27 de sus mejores ocasiones gracias a Zárate, que, en ambas ocasiones, disparó con mucho peligro. En la primera de ella, con una vaselina que salió rozando el larguero. En el segundo, estrelló el balón en el poste izquierdo.

Tras el descanso, Movilla pudo empatar, pero Leo Franco de nuevo intervino con acierto. El Mallorca, en este período, sólo disparó en el minuto 85 con un disparo de Luque.